Hoy me presento no solo como asambleísta o médico, sino como ser humano, representando a ecuatorianos que buscan dignidad en sus momentos más vulnerables. Hablamos de los cuidados paliativos, que no son solo un aspecto médico, sino un derecho humano fundamental. He dedicado mi vida a aliviar el sufrimiento, y sé que, cuando sanar no es posible, nuestro deber se transforma en acompañar y sostener a pacientes y familias.
Este proyecto de ley es un acto de justicia, pues es inaceptable que solo unos pocos tengan acceso a una muerte digna. He visto cómo muchas familias enfrentan el final de sus seres queridos sin el apoyo adecuado, y no podemos permitir que la muerte se viva con tanto sufrimiento.
Es hora de que cambiemos esta realidad. Este tema va más allá de cifras; se trata de humanidad. Debemos asegurar que cada ecuatoriano tenga el derecho a vivir con dignidad hasta el final. Los invito a que juntos apoyemos esta ley, creando un Ecuador más justo y solidario.