Hoy en la Asamblea Nacional, aprobamos la Ley de Integridad Pública, una normativa urgente y necesaria para el país.
Esta ley moderniza los procesos de contratación estatal, combate la corrupción y asegura mayor transparencia en el uso de los recursos públicos. Es un paso importante para fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones y para garantizar que cada centavo del presupuesto nacional se invierta de manera responsable y eficiente.
Estoy convencido de que legislar con integridad es la base para construir un Ecuador más justo y transparente.