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Para Carlos de la Torre, debe analizarse si el proyecto de ley es urgente, pues aseguró que no tiene incidencia en términos coyunturales. Dijo que en dolarización, la política fiscal es fundamental para enfrentar choques externos e impulsar el desarrollo económico y social.
De la Torre aseguró que la fragmentación entre inversión y gasto corriente permite implementar política fiscal con instrumentos potentes y efectivos. Considera que establecer cierta discrecionalidad para que el Ministerio de Finanzas busque nuevas fuentes para atender situaciones de emergencia, constituye una flexibilidad que permite que el manejo fiscal se opere como política fiscal. “Se abren puertas para el uso inadecuado de la deuda, pues hay que entender que la deuda financia inversión y los ingresos permanentes financian gastos permanentes”, aseguró.
Según explicó, le preocupa que en ninguna parte de la Constitución se determine como objetivo el manejo de deuda. Cree que lo que se debería hacer es poner un límite. . “Si se incrementa la deuda por encima del 40 % o se baja de este porcentaje, el país no podría recibir financiamiento, este sería un limitante para desarrollar una verdadera política fiscal. La solvencia financiera de los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD), es de considerar, pues en el proyecto se establecen límites de financiamiento”, agregó.
Organizar las finanzas
Walter Spurrier también dio su criterio. Dijo que el proyecto trata organizar las finanzas públicas para quitar ciertas ambigüedades, por lo que hay aspectos positivos como el artículo que modifica el incremento actual del Presupuesto General del Estado hasta 5 % (actualmente el límite es 15 %), estableciendo que este incremento no podrá superar los límites de las reglas fiscales. “Aquí es importante el rol que debe cumplir la Asamblea Nacional, porque el Ministerio de Finanzas debe solicitar al Parlamento su aprobación”, explicó.
Para Spurrier, presupuestar de arriba hacia abajo es generar disciplina y eficiencia en las entidades públicas, porque se regularían los límites de endeudamiento por sectores y por entidad. Spurrier está de acuerdo en que se establezca el techo de la deuda en 40 %, y que el seguro petrolero tenga todas las herramientas posibles para evitar problemas.
Indicó que la relación Gobierno Central y GAD es importante. “Hay un equilibro entre el Ministerio de Finanzas y Gobiernos Descentralizados. Por una parte los GAD son autónomos. El Estado debe tener una política fiscal coherente y cierto control sobre estos. No se les quita atribuciones, pero debe existir algún tipo de coordinación. Es una manera de transparentar las cuentas”, concluyó.
Otro punto de vista
Vicente Albornoz manifestó que lo recomendable sería aumentar el gasto público, pero demostró con cifras que Ecuador no lo puede hacer en las actuales circunstancias, pues según dijo, abusó de este mecanismo. “El país se ganó una lotería cuando subió el precio del barril de petróleo, hasta que cayó. Abusamos de eso y ahora es imposible implementar las políticas ideales”.
