En Radio Armónica : Este proyecto de ley sobre áreas protegidas no es una herramienta de conservación, es un negocio disfrazado.
Lo que se está planteando es abrir estos territorios (que deberían ser intocables) a la inversión privada bajo la figura de una empresa pública. ¿Qué significa eso? Que se pueden concesionar, explotar, mercantilizar.
Y lo más grave es que no se está respetando la voz de las comunidades que han cuidado estos territorios durante generaciones.
Nos están diciendo que no hay plata para cuidar la naturaleza, pero en vez de asumir la responsabilidad como Estado, lo quieren dejar en manos del mercado.