Tuve el privilegio de recorrer la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, un espacio emblemático de la formación profesional en el ámbito de la salud en nuestra ciudad. La experiencia fue profundamente inspiradora y enriquecedora, ya que pude ser testigo de la pasión, el esfuerzo y el compromiso tanto de los estudiantes como de los docentes que dedican sus días a formar a los futuros profesionales de la salud.
Durante el recorrido, me llamó la atención la infraestructura, los laboratorios y las áreas de práctica, que proporcionan a los estudiantes un entorno adecuado para desarrollar sus habilidades y conocimientos. Observé, además, la energía con la que los jóvenes enfrentan los desafíos de una carrera tan exigente, pero a la vez tan noble y necesaria para nuestra sociedad. Estos futuros médicos, con su dedicación y esfuerzo, están contribuyendo de manera directa a la salud y bienestar de nuestra comunidad.
La formación académica en esta facultad no solo se limita a los conocimientos teóricos, sino que también enfatiza la práctica y la investigación, aspectos fundamentales para formar médicos competentes y comprometidos con el bienestar de la población. Los docentes, por su parte, cumplen un rol esencial como guías y mentores, impartiendo sus conocimientos con el objetivo de que los estudiantes se conviertan en profesionales capaces de enfrentar los retos del sistema de salud.
Como Asambleísta, considero que la educación superior debe seguir siendo una prioridad en nuestra agenda. Es fundamental que, desde el ámbito legislativo, apoyemos políticas públicas que fortalezcan a nuestras universidades y facultades, mejorando tanto la infraestructura como la calidad educativa. Solo a través de una educación superior de calidad podremos construir una sociedad más justa y con mayores oportunidades para todos.
Es por eso que seguiré impulsando iniciativas para garantizar que los estudiantes de nuestras universidades públicas, como los de la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, cuenten con las herramientas necesarias para desarrollar todo su potencial. Desde la Asamblea Nacional, continuaremos luchando por una educación superior inclusiva, accesible y de calidad, que sea el motor de cambio y desarrollo para el futuro de Ecuador.
No cabe duda de que la educación es la clave para un futuro más prometedor. Aplaudo el trabajo realizado por estudiantes, docentes y autoridades de esta Facultad, y me comprometo a seguir apoyando el crecimiento de nuestras instituciones educativas para que sigan formando a los líderes que nuestro país necesita. Juntos, construimos un Ecuador más fuerte, más saludable y con mayores oportunidades para todos.