Hoy, en la sesión 932 del pleno de la Asamblea Nacional, hemos dado un paso significativo en la lucha contra el lavado de activos. Como asambleísta, me siento profundamente orgullosa de haber participado en la aprobación de una ley crucial para el fortalecimiento de los mecanismos de control y supervisión en nuestro país. Esta ley no solo tiene un impacto directo en la prevención y detección de actividades ilícitas, sino que también representa un compromiso claro de nuestra parte para proteger la economía y la integridad de nuestra nación.
El lavado de activos es un fenómeno que pone en peligro el bienestar económico y social de cualquier país. La introducción de fondos ilícitos en el sistema financiero puede distorsionar los mercados, desestabilizar las instituciones y fomentar la corrupción. Conscientes de esta amenaza, desde la Asamblea Nacional hemos trabajado arduamente para diseñar una legislación robusta que refuerce las capacidades de nuestras instituciones y fortalezca los controles en todos los niveles. Hoy, con la aprobación de esta ley, hemos dado un paso firme hacia la construcción de un sistema más transparente y resistente frente a los delitos financieros.
Esta nueva ley otorga a nuestras instituciones las herramientas necesarias para actuar de manera más efectiva en la prevención y detección de actividades ilícitas relacionadas con el lavado de dinero. Se establece un marco normativo más claro, con mayores requisitos de transparencia para las entidades financieras, las empresas y los individuos. Además, se fortalecen los mecanismos de cooperación entre las autoridades nacionales e internacionales, lo que permite una mejor coordinación y un enfoque integral frente a los desafíos del lavado de activos. Con ello, garantizamos que las instituciones estén mejor equipadas para enfrentar estos delitos de manera oportuna y eficiente.
Como asambleísta, mi compromiso con la transparencia y la justicia es firme. La aprobación de esta ley es solo una parte de un proceso más amplio de transformación en el que estamos involucrados. La lucha contra el lavado de activos no se detiene con la promulgación de una ley, sino que debe ser un esfuerzo constante que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Esta ley es una herramienta más, pero también es un recordatorio de que debemos seguir trabajando juntos para fortalecer nuestras instituciones y garantizar la seguridad jurídica de nuestro país.
Finalmente, quiero reafirmar mi compromiso con todos los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país. Esta ley es una muestra más de nuestro esfuerzo por proteger la economía, asegurar la integridad de nuestras instituciones y mantener la confianza de la población en nuestro sistema financiero. Juntos, con determinación y unidad, podemos seguir avanzando en la construcción de un país más justo y transparente, donde las actividades ilícitas no tengan cabida y la justicia prevalezca. Este es solo el comienzo de una lucha constante para garantizar un futuro seguro para todos.