Hoy, en la continuación de la sesión N.º 968 del Pleno de la Asamblea Nacional, abordamos un tema de suma importancia para la salud y el bienestar de los ecuatorianos: el informe para primer debate del proyecto de Ley Orgánica para Prevenir y Erradicar la Malnutrición en el Ecuador. Como asambleísta comprometida con la salud pública y el desarrollo integral de nuestra población, tuve la oportunidad de realizar una breve intervención en este debate crucial.
La malnutrición es uno de los problemas más graves que enfrenta nuestra sociedad, y afecta a una gran parte de nuestra población, especialmente a niños y niñas en edad escolar. Esta situación no solo compromete la salud de las personas, sino también su futuro, pues una nutrición deficiente tiene consecuencias directas en el rendimiento académico, el desarrollo físico y mental, y la productividad laboral en la adultez. Por ello, el proyecto de ley que estamos tratando busca garantizar una alimentación adecuada y saludable para todos los ecuatorianos.
Mi intervención en la sesión se centró en la importancia de generar políticas públicas que vayan más allá de la distribución de alimentos. Es fundamental implementar programas de educación nutricional, promover hábitos alimenticios saludables y garantizar el acceso a una alimentación balanceada, especialmente en las poblaciones más vulnerables. A través de esta ley, debemos enfocar nuestros esfuerzos en una solución integral que contemple la prevención, el acceso a servicios de salud y la participación activa de la comunidad.
También resalté la necesidad de un enfoque interinstitucional para enfrentar este desafío. La lucha contra la malnutrición requiere de la colaboración de diversas entidades del Estado, organizaciones sociales y la sociedad civil. Es imprescindible que todos trabajemos de manera coordinada para que las políticas públicas sean efectivas y lleguen de manera directa a quienes más lo necesitan, particularmente en las zonas rurales y en las poblaciones indígenas, que enfrentan mayores dificultades para acceder a alimentos adecuados.
Finalmente, este proyecto de ley es un paso clave hacia la erradicación de la malnutrición en el Ecuador. Estoy convencida de que, con el compromiso de todos los actores involucrados, lograremos transformar la realidad alimentaria de nuestro país y garantizar una vida más saludable para las generaciones futuras. Como asambleísta, continuaré trabajando incansablemente por políticas que promuevan el bienestar y la equidad en todos los rincones del Ecuador.