Hoy, en la sesión N.º 991 del Pleno de la Asamblea Nacional, se aprobó por unanimidad, con 116 votos a favor, un importante avance en el camino hacia la inclusión y el respeto a los derechos de las personas con discapacidad. Gracias al trabajo incansable de la Comisión de Derechos Humanos, en la que tengo el honor de participar, tuvimos la oportunidad de tratar y proponer una reforma significativa en la denominación de la ley actual, buscando siempre poner en primer plano la dignidad humana.
La propuesta que presenté ante el Pleno es que la ley se denomine "Ley Orgánica de las Personas con Discapacidad", en lugar de continuar con el nombre actual, que es "Ley Orgánica de Discapacidades". La razón de este cambio radica en un principio fundamental que nos guía: lo primordial es el ser humano, y lo secundario es la condición que pueda tener. Es esencial que nuestras leyes reflejen una visión humanista, que coloque a las personas en el centro y no a su discapacidad como elemento definitorio de su identidad.
Este ajuste no es solo semántico, sino que tiene un profundo significado en el proceso de sensibilización y respeto hacia las personas con discapacidad. El lenguaje es una herramienta poderosa que puede construir o destruir, y al poner a la persona primero, le estamos devolviendo su dignidad y reconociendo que, independientemente de cualquier condición, son sujetos plenos de derechos, capacidades y sueños. Es un paso hacia un Ecuador más inclusivo, más respetuoso y más justo.
Me siento profundamente orgullosa de ser parte de este avance legislativo, pues sé que no solo estamos cambiando un nombre, sino que estamos construyendo una sociedad más consciente y empática. En el Parlamento, nos acoge un espíritu de pensamiento humanista, que debe reflejarse en cada ley, en cada acción y en cada decisión que tomemos. Hoy, con esta aprobación, damos un mensaje claro de que las personas con discapacidad no son "casos", no son "problemas", sino seres humanos con sus propios derechos y sueños.
Agradezco a mis colegas por el apoyo unánime y por comprender la importancia de este cambio. Sigamos trabajando juntos para continuar construyendo un país donde cada persona, independientemente de su condición, pueda vivir con igualdad de oportunidades y respeto. Este es solo el comienzo, y como asambleísta, continuaré luchando por la dignidad y los derechos de todos los ecuatorianos.