Sesión No. 37 del Pleno de la Asamblea Nacional
Vengo de la lucha social, y en mi alma llevo una marca que me recuerda todos los días que nada ha sido fácil. Esa marca es mi fuerza, mi verdad y mi compromiso con quienes sueñan con un país distinto.
Hoy, cuando algunos buscan sembrar división y paralizar al país, levanto mi voz para decir que la verdadera lucha social no destruye, sino que construye.
La lucha que vale la pena es la que une, la que abre caminos de esperanza y la que nos invita a creer que juntos podemos alcanzar días mejores.
Por eso, hoy hago un llamado profundo a la paz, al diálogo y a la conciliación. Porque la lucha social no es exclusividad de una fecha o de unos pocos, es el derecho y la responsabilidad de todos los que llevamos voz, corazón y sueños para un Ecuador en paz.