NO VIOLENCIA A LA MUJER

Martes, 14 de noviembre del 2017 - 15:57 Imprimir

Señor Presidente, compañeros legisladores, buenos días.

Quiero iniciar mi intervención reflexionando sobre una cita del exsecretario General de la ONU, Ban Ki – moon: “El mundo reconoce cada vez más que la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos, una pandemia de salud pública y un grave obstáculo para el desarrollo sostenible…”

Preocupante y sintomático, pero a la vez, inaudito e inadmisible! Cómo es posible que en este tiempo la sociedad mundial siga tolerando como si fuese parte de la cotidianidad, la violencia de género? No se supone que el mundo ha evolucionado hacia el reconocimiento de derechos, y que la mujer es sujeto de esos derechos? Seguiremos mirando por el retrovisor como si nada pasara las escalofriantes cifras que certifican que la violencia de género, en efecto, es una pandemia???

Según diversas estadísticas, en Ecuador existen más de 200 casos de femicidio –mujeres asesinadas a manos de sus esposos, parejas o ex parejas- en lo que va del año 2017. Cifra aterradora si la comparamos con las de años anteriores: En 2015 fue de 50 y en 2016 llegó a 67.

Qué pasó? Esta es la sociedad que queremos? No se suponía que la titánica lucha de la mujer ecuatoriana para, por ejemplo, impulsar la tipificación del femicidio en el Código Orgánico Integral Penal, apuntaba, primero a reconocer este delito, y luego incorporar duras sanciones contra sus responsables? La ley existe, la durísima pena de 26 años para los femicidas, existe… pero, es evidente, no ha sido suficiente!

Esta es una realidad lacerante y dolorosa para nuestra sociedad. Debemos entender que una mujer menos es una madre menos, una hija menos, una hermana menos, una amiga menos para cada uno de nosotros.

Nuestra sociedad sigue subordinada a una relación patriarcal y de dominación hombre – mujer. En el ámbito laboral, los hombres mantenien privilegios que discriminan y vulneran los derechos de las mujeres. En lo cotidiano, en el hogar, en el barrio, muchas veces se empieza con el chiste machista y condescendiente del que nosotras mismas nos reímos, y con el tiempo se vuelven tragedias que tienen al silencio y al miedo como grandes cómplices.

 

Por ello, las normas contenidas en el COIP deben ir acompañadas de toda una política institucional y una estructura jurídica complementaria que contribuyan a la prevención, y cambien sistemáticamente la vergonzosa patología sexista que naturaliza y perpetúa realidades de violencia de género.

Señor presidente, colegas legisladores: La educación y la reeducación son la clave para ir a esa necesaria e impostergable cultura de prevención, para cambiar valores y para desmontar estereotipos.

El proyecto de ley que hoy debatimos va justamente en esa línea. Se sustenta en el carácter preventivo, con el fin de generar condiciones para que el Estado, a través de la institucionalidad, diseñe y ejecute políticas públicas que erradiquen progresivamente la violencia contra la mujer. Estado, sociedad y familia, constituyen el núcleo vertebrador de los cambios anhelados.

Para prevenir, el proyecto determina, entre otras acciones, la educación a través del órgano rector en esta materia, como mecanismo sustancial para trastocar las burdas actuaciones de superioridad y dominación sobre la mujer.

Es urgente que el Ecuador cambie lo que llamo la “matriz cultural”, una deuda del Estado que no la podemos pagar sólo con mayor infraestructura física en el ámbito judicial o aumentando los ingresos económicos de la mujer. Necesitamos revolucionar la mente y echar abajo la corriente de pensamiento hegemónico que aún sigue imperando!

Hay que desarticular y desestructurar el discurso y las prácticas sexistas, violentas y discriminatorias. La mujer ecuatoriana debe saber que el Estado la protege a través de su legislación, y que no hay motivo para callar, esconder y aguantar el abuso.

Por ello, esta iniciativa contempla tipos de violencia adicionales a las que ya estipula el COIP, como la violencia política, obstétrica y patrimonial. Indudablemente se requerirá la adopción de medidas por parte de esta misma Legislatura para incluirlas como infracciones penales.

Es importante destacar que este proyecto protege y garantiza los derechos de la mujer durante todo su ciclo de vida, respetando el principio fundamental de igualdad ante la Ley.

Es preciso aclarar, frente a las serie de argumentos infundados vertidos en semanas previas, que esta iniciativa no atenta contra la familia y sus valores, mucho menos contra nuestros niños y niñas. En consecuencia, no se justifica protestar por “premisas o razones” que no existen. ¡Siempre defenderemos a la familia ecuatoriana y a las futuras generaciones! Este proyecto se ajusta a los cánones internacionales de derechos humanos que el Ecuador ha suscrito y a las normas constitucionales vigentes. Aquí de

ninguna manera se fomentan antivalores o la destrucción de la familia como núcleo primigenio de la sociedad.

El lapidario pensamiento del que golpea y mata a una mujer porque se cree su dueño, debe ser erradicado. Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran. Llegó el momento de frenar esta cruenta historia que está acabando con la mujer ecuatoriana.

Mujeres de mi Patria: No más!! Basta de abusos! Basta de silencio! Elevemos la voz, hagamos respetar nuestros derechos, denunciemos a los agresores, pero para ello, el Estado debe garantizar su protección. Y ese es el reto que enfrentamos y asumimos en esta Asamblea Nacional.

¡Muchas gracias!

Kharla Chávez
Asambleísta por Los Ríos Alianza PAIS

Asambleísta por la provincia de Los Ríos | Vicepresidenta de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado | Independiente Visita mi Perfil

 

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