Señor presidente, colegas asambleístas… compañeras y compañeros campesinos, indígenas, pescadores artesanales, agricultores humildes que labran nuestra tierra día a día para llevar un pan a la mesa de sus hogares, y que a la vez, contribuyen con su trabajo a la economía de la Patria.
Por ellos… por ustedes, tenemos una deuda que esta Asamblea debe comenzar a saldar: volver nuestra mirada al campo!
Y precisamente hoy tenemos una gran oportunidad de hacerlo, a partir de una propuesta de reformas a la Ley de Seguridad Social, impulsada por el gobierno del presidente Lenín Moreno, y que nosotros debemos debatir y aprobar sin dilación alguna.
Sí… No dilatemos el tratamiento de esta iniciativa, colegas legisladores, porque este es un mecanismo para aumentar un derecho al que tienen acceso nuestros campesinos: el de la pensión. Es hora de dejar de mirar al Seguro Social Campesino por encima del hombro, y otorgarle la importancia que amerita.
Cuando uno evoca la historia y revisa los antecedentes del Seguro Social Campesino encuentra justamente esa historia herida, lacerante, que duele, que margina, explota y discrimina. Una historia que nos relata una pensión jubilar de 3 dólares por jefe de hogar hasta el año 2006. ¿¿¿Se imaginan ustedes, señor presidente y colegas asambleístas??? 3 dólares!!! Quién puede solventar sus necesidades más apremiantes con semejante cifra?
En la última década, hay que recordar y reconocer, esa insultante pensión se elevó a 65 dólares, y hoy el gobierno del presidente Moreno, sensible con las legítimas aspiraciones de nuestros agricultores, ha planteado a esta Asamblea una reforma legal para aumentar a 100 dólares la pensión por vejez e invalidez.
Para ello, se propone el aumento progresivo anualmente, en función del porcentaje relacionado con el incremento del salario básico unificado, y mantener las mismas condiciones de aportación y años para la jubilación.
¡Los surcos que se hacían en el aire para alcanzar esos sueños hoy empiezan a transformarse en semilla fértil y en frutos nacientes de nuestra República!
Reconocemos con sentido de autocrítica que esto no es suficiente, pero estamos convencidos que constituye un paso gigantesco para disminuir las desigualdades y brechas sociales. Aceptamos que aún debemos hacer más, ¡mucho más por ustedes!, por sus familias y sus hijos, no solo en el ámbito de la seguridad social, sino también en el acceso a servicios básicos, como agua potable, alcantarillado, alumbrado eléctrico, conectividad, trabajo y vivienda digna, entre tantas demandas más, que siguen siendo pendientes de la clase política de nuestro país.
La seguridad social es un derecho y nuestra Constitución así lo garantiza. Universal, público… repito, SEGURIDAD SOCIAL PÚBLICA, y allí me dirijo a aquellos que añoran el esperpento amenazante de la tenebrosa mano privatizadora de la década de los 90, que quiso llevarse el IESS a la fuerza con la complicidad de varios sectores políticos y económicos de aquel entonces, pero a los cuales el pueblo ecuatoriano dio la espalda en la consulta popular de 1995. Ecuador ya negó cualquier posibilidad de privatización del IESS!
Por ello con voluntad política, pero también guiados bajo el espíritu de la Constitución de Montecrísti y la solidaridad como faro conductual, asumimos que el Estado y los afiliados al seguro general obligatorio debemos aportar de manera efectiva al mantenimiento y consolidación de su fondo y a la estabilidad de las prestaciones que ustedes reciben.
La propuesta del presidente Lenin Moreno ha sido recibida con beneplácito y esperanza en esta legislatura. Nuestro presidente, ¡el presidente de todos! es también un hombre preocupado y sensible ante las causas populares, y ante sus justas aspiraciones. Esta iniciativa es una contundente demostración de que la línea programática del gobierno nacional está enrumbada bajo el abrigo de los principios progresistas que movilizan a los pueblos del mundo.
¡Que nadie tenga duda de que estas reformas promueven la equidad, la redistribución de la riqueza y la justicia social! Que nadie tenga miedo de respaldarlas, pues su motivación y razonamiento vienen acompañados no solo de la férrea voluntad de quienes actuamos en representación de nuestros mandantes, sino también de la responsabilidad técnica y reflexiva para aprobar una propuesta que sea sostenible institucionalmente y que se ajuste a los parámetros legales y técnicas nacionales e internacionales exigidas actualmente.
En este sentido felicito y respaldo el informe de la Comisión y a los compañeros legisladores que la integran, quienes motivan técnicamente este aumento y lo fundamentan en los estudios actuariales correspondientes, tal como dispone la normativa pertinente. La visión en el IESS debe ser clara: sostenibilidad, solvencia y equilibrio financiero de los diferentes seguros administrados por la institución.
El pueblo campesino, agricultor, pesquero y las poblaciones rurales de la Patria hoy reafirman y se convencen de que nuestra propuesta no claudica, de que nunca hemos desviado el rumbo normal de la historia, de sus disputas y reivindicaciones. Queda en evidencia la mentira de nuestros oponentes y la injuria más vil y proterva que se puede sostener cuando la fuerza de las ideas ha quedado sin piso y sin argumentos: ¡las mentiras!
Con el aumento de las pensiones en favor de los afiliados le decimos al mundo entero que nuestro bloque de asambleístas de Alianza PAIS y el presidente Lenin Moreno seguimos la doctrina de los más necesitados y vulnerables: siempre aplicando “la ley del más débil” como diría el célebre constitucionalista italiano Luigi Ferrajoli.
En un sistema plagado de injusticias y asimetrías de desarrollo entre ricos y pobres, la seguridad social constituye un pilar fundamental para enfrentar los desafíos por la construcción de una nueva comunidad, de un nuevo modo de ver y entender la vida social y política. ¡No puede existir un modelo de desarrollo alternativo a aquellos que han explotado y marginado a las inmensas mayorías, sin que de por medio no se garantice ¡con fidelidad irrestricta! una seguridad social pública, universal, gratuita, de calidad y con eficiencia. El salto normativo que hoy intentamos apuntalar, no solo es cuantitativo en términos de una mayor cantidad de dinero al momento de entregar las pensiones, sino también, es un salto cualitativo, de calidad en función de las prestaciones que se buscan consolidar.
Pueblo campesino, agricultor, pescador y rural, hombres y mujeres dignas, este proyecto de Ley simboliza sus demandas y preocupaciones más sentidas –aunque aún no satisfechas totalmente-. ¡Es su dinero el que hoy estamos administrando con esta propuesta! ¡Es su plata, su derecho, su presente y su futuro! Esta iniciativa legal les pertenece y lleva implícita una marca simbólica de carácter popular y ciudadana. ¡No es una concesión política, ni un regalo, ni una dádiva! ¡Es justicia, es el nuevo paradigma y será Ley! ¡Por ustedes, por sus esposas, por sus hijos, por la Patria entera!
Asambleísta por la provincia de Los Ríos | Vicepresidenta de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado | Independiente Visita mi Perfil
