
Hoy participé en un evento profundamente significativo: la conmemoración del Día de Manuela, Jonatás y Natán Sáenz en el Centro Cultural Metropolitano de Quito. Un momento de poderosa reafirmación del compromiso con la justicia y la inclusión. Este evento nos invitó a mirar más allá de la figura histórica más conocida, Manuela Sáenz, para abrazar el legado completo de un trío de mujeres cuyo mensaje es de vital importancia para el Ecuador de hoy. Manuela, a menudo simplificada a su rol como compañera de Bolívar, fue una estratega política, una coronela audaz y una defensora incansable de la causa libertaria.
El verdadero impacto de esta conmemoración, reside en haber puesto en primer plano a Jonatás y Natán Sáenz, mujeres afrodescendientes que fueron pilares en la vida y lucha de Manuela. Jonatás, en particular, debe ser recordada no como una simple sirvienta, sino como una confidente vital, una aliada militar y una mujer cuyo propio activismo contribuyó a la Independencia. Al honrar a Jonatás y Natán, el evento resalta la contribución fundamental de las mujeres afroecuatorianas a la construcción de la República y nos obliga a confrontar las narrativas históricas que han silenciado su legado. Este reconocimiento es un paso crucial hacia una historia más inclusiva y antirracista, que celebra la riqueza y la diversidad de quienes forjaron la nación.
El mensaje de Manuela, Jonatás y Natán debe permanecer vivos como eje fundamental para luchar activamente contra las brechas de desigualdad social y económica, su legado es un recordatorio de que la verdadera libertad e inclusión no pueden ser selectivas. Ellas nos exigen que trabajemos por una sociedad donde el liderazgo de las mujeres sea la norma, donde el racismo sistémico sea erradicado, y donde las contribuciones de todas las personas, sin importar su origen étnico o condición social, sean valoradas y reconocidas.
Liliana Elizabeth Durán Aguilar nació en Abañín, una parroquia de la histórica ciudad de Zaruma, en la provincia de El Oro. Se define como una lideresa feminista y una luchadora incansable por los derechos de las mujeres y los trabajadores. A lo largo de su vida ha sido promotora socio-organizativa y ha mantenido un firme compromiso con la Revolución Ciudadana, desde donde ha articulado acciones en favor de una sociedad más justa y equitativa.
Su trayectoria se ha centrado en el impulso de leyes y proyectos que promuevan la autonomía económica de las mujeres, su empoderamiento real y el ejercicio pleno de sus derechos, especialmente en lo relacionado con la toma de decisiones sobre sus cuerpos y vidas. Además, ha dedicado su vida a defender los derechos laborales, revalorizando al capital humano como motor del desarrollo.
Es licenciada en Gestión del Desarrollo Local Sostenible por la Universidad Politécnica Salesiana. Se ha formado como defensora de los derechos humanos de las mujeres con ONU Mujeres (UNIFEM), y se ha capacitado en normas internacionales del trabajo y derechos laborales en espacios de alto nivel como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Turín (Italia), Madrid (España) y Antigua (Guatemala). Asimismo, cursó formación en Realidad Nacional y Género en el marco de programas impulsados por el BID, la OIT, la CIOLS/ORIT y la Universidad de Chile.
En el ámbito político, fue Asambleísta Nacional del Ecuador durante el período 2017-2021, tiempo en el cual presidió la Comisión Especializada Permanente de los Derechos de los Trabajadores y la Seguridad Social, así como el Grupo Parlamentario por los Derechos de los Trabajadores y el Grupo Interparlamentario de Amistad con Cuba. También se desempeñó como primera vicepresidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) entre 2014 y 2021, y lideró importantes espacios de participación ciudadana y feminista como el Foro Permanente de las Mujeres Ecuatorianas y la Asamblea Ciudadana Plurinacional e Intercultural para el Buen Vivir.
Entre sus reconocimientos destacan la mención de honor del Premio “Manuela Espejo”, otorgado por el Municipio de Quito en 2012, y el reconocimiento al Liderazgo Comunitario por parte de organizaciones sociales en diciembre de 2024. Ha sido autora y coautora de diversas publicaciones sobre derechos de las mujeres, participación política y liderazgo social, además de haber contribuido con artículos en encuentros internacionales y en informes alternativos ante organismos como la CEDAW.
Liliana Durán también ha ejercido cargos honoríficos de relevancia, como vocal del Directorio del Consejo Nacional de las Mujeres (hoy Consejo Nacional para la Igualdad de las Mujeres y Género), vicepresidenta alterna de la CIOSL y representante del sector laboral en el directorio del SECAP, siendo la primera mujer en ocupar dicha representación.
Su voz firme y comprometida sigue siendo un referente en la defensa de los derechos humanos, la igualdad de género y la justicia social en el Ecuador.