El pasado 7 de junio de 2025, en el Pleno de la Asamblea Nacional, dimos un paso histórico al aprobar la Ley de Solidaridad Nacional con 84 votos a favor. Esta norma nos permite enfrentar al crimen organizado con herramientas concretas y proteger a quienes más arriesgan su vida por nuestra seguridad: policías, militares y jueces.
En mi intervención, destacó que esta ley no es solo una norma más, es un acto de justicia con la ciudadanía y con quienes día a día garantizan nuestra seguridad: policías, militares y jueces. Señalé que quienes cometen delitos graves deben enfrentar la justicia en prisión, sin privilegios.
Hicimos un llamado a proteger a los más vulnerables. En particular, la de mi querida provincia del Carchi y las zonas fronterizas, donde la violencia y el crimen afectan profundamente la vida de las comunidades. Exhortó a que los recursos y las medidas prioritarias sean visible y eficazmente implementadas en nuestra provincia .
En mi discurso recordé que la seguridad se construye desde nuestros barrios, desde la familia y el respeto mutuo. Reafirmo mi compromiso: estar cerca de nuestras comunidades, recoger sus inquietudes y convertirlas en acciones concretas. Esta ley es un paso, pero el camino continúa en cada calle y en cada hogar.
La seguridad es un bien común, y este hito que alcanzamos en el Pleno debe transformarse en resultados reales: justicia efectiva, prevención tangible y la paz que nuestro país necesita.
Con responsabilidad y compromiso seguimos, siempre al servicio de la gente, defendiendo al Carchi y a cada ecuatoriano y ecuatoriana.