Por nosotras que somos: símbolo de valentía y lucha; pilares y fundadoras de la Patria; huella y memoria de la violencia; voz que no permitirá ser silenciada. Por nosotras… por cada una de las ecuatorianas que se atreve a liberarse de las garras de la injusticia, hoy volvemos, y volveremos las veces necesarias, para apoyar una propuesta en contra del femicidio que es indestructible. Para apoyar un Ecuador sin violencia, con iguales oportunidades y en el que pueda latir, cada vez con más fuerza, la indignación cuando alguien se atrevan a presentar a las víctimas como responsables de la agresión que sufrieron.
Nuevamente discutimos un proyecto que es URGENTE, una ley de la cual tenemos la esperanza de que sea el apoyo necesario para cientos de ecuatorianas, que aún NO se atreven a decir ¡basta! Pero, no solo basta de matarnos, sino también: basta de ser testigos de cómo se violan los derechos humanos de las ecuatorianas; basta de impunidad para aquellos indolentes que nos agreden, acosan y discriminan; basta de ser cómplices de tanta injusticia porque no nos atrevemos a denunciar los atropellos que presenciamos y que, estoy segura, la mayoría de nosotros rechazamos, aunque los rechacemos en silencio. Pero sobre todo, basta de ser responsables de perpetuar los estereotipos que han construído una nación que no reacciona a la violencia y que por lo contrario tolera el abuso. Una sociedad que expone, día a día, a sus hijas e hijos a medios, publicidad y personajes que siguen reproduciendo estereotipos y roles sexistas que contribuyen a perpetuar modelos de desigualdad, de prevalencia de un sexo sobre otro y que, tarde o temprano, favorecen a la aparición de manifestaciones de violencia, abuso y de femicidios.
Y si por ahí todvía a alguien le resulta dificil creer que vivimos en una sociedad violenta en contra de las mujeres, revisemos una vez más las estadísticas que revelan que en Ecuador 151 mujeres han sido víctimas de femicidio durante 2017. ¿QUÉ HICIMOS PARA DETENERLO?
Por supuesto que podemos hacer mucho, ¡sí hay salida! juntos podemos luchar por un País en el que nuestras hijas, madres, esposas, novias, amigas, compañeras, en el que cada una de nosotras no corramos riesgo por el simple hecho de ser mujeres.
Es nuestro deber: Apoyar, las veces que sean necesarias, esta Ley que exige que el Estado adoptar medidas ineludibles para prevenir, sancionar y eliminar toda forma de violencia contra nosotras; y, Motivar a todos los ecuatorianos a tratar este problema de forma responsable con sus familias, en especial con nuestros hijos, solo así (trabajando de la mano autoridades, colectivos, ciudadanos y organizaciones) lograremos fomentar una verdadera conciencia.
La Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres pretende enfocar la acción del Estado en la sensibilización, prevención y visibilización de la violencia e invita a toda la ciudadanía, bajo el principio de corresponsabilidad, a participar de la solución y empoderarse del problema, para que sea la sociedad la que se integre al desarrollo de políticas, planes y programas que transformen los patrones socioculturales y permitan erradicar las prácticas que naturalizan la violencia y que nos han llevado a que una de nosotras muera cada 4 días por el solo hecho de ser mujer.
Es un importante avance que esta ley se desarrolle alrededor de tres componentes indispensables para la erradicación de la violencia que son: atención, protección y reparación de las mujeres para asegurar su integridad y seguridad. Resultado de ello es el Sistema de Alerta Temprana que busca identificar el riesgo de una posible víctima y activar inmediatamente los servicios de protección y atención. Evitando perpetuar una relación o convivencia que podría culminar en un femicidio.
De igual forma, otro importante tiene que ver con la protección: ahora cualquier persona o grupo de personas que tenga conocimiento del cometimiento de hechos o actos de violencia podrá solicitar el otorgamiento de acciones urgentes y medidas administrativas de protección inmediata, a favor de la víctima. Con esto buscamos que la sociedad se responsabilice y se atreva a denunciar estos mecanismos de violencia y no opte por el silencio.
En lo referente a la reparación se plantea la posibilidad de que sea integral en dos ámbitos: por daño inmaterial que es por todo el sufrimiento que puede dejar secuelas en la víctima o sus allegados y la reparación por Daño material en el que se exigirá la compensación por pérdida de ingresos de las víctimas o por gastos causados como consecuencia de la agresión. Una medida necesaria si consideramos que cientos de mujeres pierden sus ingresos económicos porque luego de ser violentadas, simplemente, no pueden trabajar.
Finalmente, algo no menos importante, esta ley implica un verdadero avance pues busca persuadir al Gobierno a que fortalezca sus planes para luchar contra la violencia con especial énfasis en el sector educativo en el que se establecen acciones concretas para proteger a nuestros niños e iniciar ese necesario cambio de mentalidad desde allí, desde los más pequeñitos. Si lo hacemos bien evitaremos no solo la culminación de una serie de actos violentos sino que desmantelaremos el acoso: que es uno de los problemas más comunes en el país, resultado de prejuicios y violencia.
El objetivo es entregar lo antes posible una ley que sea útil, coherente con nuestra realidad, responsable y trascendental para mejorar la situación del país, sin que aquello no implique la posibilidad de mejorarla. No claudicaremos en nuestro objetivo de prevenir y erradicar todo tipo de violencia contra las mujeres. Ya no guardaremos silencio, ni toleraremos mas!
Somos huella y memoria de la violencia pero también somos los pilares de una generación que la erradicará.
Asambleísta por la provincia de Pichincha | Visita mi Perfil
