Señora presidenta, compañeros asambleístas, respetables asistentes, medios de comunicación, pueblo ecuatoriano, buenos días.
Esta mañana, quiero utilizar estos breves minutos para que se escuche, en el pleno de la Asamblea Nacional, los nombres de quienes han sido secuestrados mientras buscaban información sobre los actos de terror orquestados en Mataje – Esmeraldas; los nombres de aquellos que desde algún recóndito lugar abrigan aún la esperanza de volver con sus seres amados; los nombres que miles de ecuatorianos repiten sin agotarse cada día, desde hace más de dos semanas, en vigilias organizadas alrededor de todo el país donde cada día somos más los que levantamos la voz para exigir y decir: ¡Libérenlos Ya!
NO LOS OLVIDEMOS: Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, colaboradores de Diario El Comercio, son los nombres que tienen que ser priorizados ante cualquier pedido o exigencia de sus captores porque nuestra principal obligación, como Estado, es garantizar sus vidas y bienestar. En ese sentido, compañeros, imagino todos estarán de acuerdo conmigo cuando digo que es urgente recordar que: en este proceso de negociación nada, absolutamente, NADA es más importante que GARANTIZAR SU PRONTO REGRESO SANOS Y SALVOS. Como madre no puedo ni si quiera imaginar la angustia que viven las familias de nuestros tres compatriotas al despertar cada mañana sin noticias de Javier, Paúl y Efraín.
Por ello, sugiero incluir a la resolución de la asambleísta Norma Vallejo que, además de tratar el tema de seguridad en la frontera y apoyarlo por supuesto, se evidencie la situación de los tres colegas periodistas.
Primero: Rechazar todo acto delictivo que atente contra la seguridad, integridad y libre desempeño de periodistas y apoyar todas las acciones realizadas desde la sociedad civil, medios de comunicación, organizaciones y diferentes entidades del Estado para garantizar la seguridad, bienestar y pronto regreso de los tres trabajadores de Diario El Comercio.
Segundo: Exhortar al Gobierno Nacional a priorizar, ante todo, la vida de los tres trabajadores de la Comunicación, secuestrados mientras cumplían su deber periodístico.
Tercero: Exhortar al Gobierno Colombiano a trabajar estrechamente con nuestro Gobierno para priorizar y garantizar el pronto regreso de nuestros tres compatriotas con sus familiares.
Cuarto: Hacer un llamado al Gobierno Nacional a esclarecer, investigar y, en su caso, sancionar a los responsables de estas acciones que buscan sembrar terror en los medios de comunicación ecuatorianos.
Y quinto: Solidarizarnos con los periodistas secuestrados, sus familiares y amigos por la angustiosa situación que deben sobrellevar día a día.
Ecuatorianos, antes de finalizar me gustaría –como periodista por más de 20 años- aclarar a ciertos ciudadanos y autoridades que: En nuestra enardecida y conmovida Patria -donde la justicia se pelea día a día con ley en mano, letras y datos- nos urge, NOS ES NECESARIO, un periodismo que esté donde tiene que estar y que, ya ahí, trasgreda las fronteras, busque el dato, la historia, la información. Sentados en la redacción, no van a contar nada, no van a contrastar nada, no van a investigar nada. Por ello, resulta inaceptable que se justifique esta terrible situación con el burdo argumento de que “se les advirtió del riesgo de circular por esa zona”. Debe quedar claro, absolutamente claro que LAS VÍCTIMAS NUNCA SON LOS CULPABLES.
Este acto de terror no se cometió contra 3 periodistas y un medio de comunicación. Este acto de terror es en contra de los movimientos sociales, organizaciones nacionales y contra los que luchan por los derechos humanos. Este acto de terror es contra el pueblo y contra el País, es contra nuestras familias, contra nuestros hijos y padres. Por ello, confío en que todos los ecuatorianos se apropiaran de este dolor y angustia que se propaga de 3 familias a los más de 16 millones de ecuatorianos. Este es el momento, NO nos cansemos y sigamos levantando la voz, presionemos por respuestas y resultados inmediatos. ¡Lo queremos de vuelta ya!
Compañeros asambleístas que el miedo más profundo no sea los atentados o los secuestros. Que nuestro miedo más profundo sea dejar solo a cualquier ecuatoriano que necesite de nosotros. Hoy nos faltan 3 y en nuestras manos está presionar para que regresen pronto a casa, sanos y salvos. No estamos dispuestos a tolerar que se negocien vidas, no estamos dispuestos a tolerar ni permitir que se propague el terror y mucho menos que este caso caiga en el olvido y la impunidad.
Muchas gracias.
Asambleísta por la provincia de Pichincha | Visita mi Perfil
