El pasado 8 de noviembre, Latacunga volvió a llenarse de color, música y alegría con una de las celebraciones más emblemáticas del Ecuador: la Fiesta de la Mama Negra. Cada año, esta tradición nos recuerda la fuerza cultural de Cotopaxi y el espíritu de unidad que distingue a nuestra gente.
Tuvimos el honor de vivir este momento acompañado de la asambleísta Annabella Azín, madre del presidente de la República, Daniel Noboa Azín. Su presencia fue un gesto de respeto y valor que esta fiesta tiene no solo para Cotopaxi, sino para todo el país.
La Mama Negra nos recuerda quiénes somos
Como cotopaxense, sentí una profunda emoción al ver cómo esta fiesta sigue siendo un símbolo de fe, identidad y esperanza. Detrás de cada danza y cada ofrenda hay una historia, una familia y una comunidad que mantiene viva la tradición.
Celebrar la Mama Negra no es solo rendir homenaje a la Virgen de las Mercedes; es también reafirmar nuestra gratitud por la vida, la tierra y las raíces que nos sostienen.
Un día de orgullo para Cotopaxi
Durante el desfile, la energía era indescriptible: los danzantes, los priostes, los músicos, los devotos y los visitantes de todo el país llenaron la ciudad de vida. Cada comparsa, cada traje y cada sonrisa representaba la historia viva de Cotopaxi.