En el marco del análisis del proyecto de reforma al Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD), la Comisión de Gobiernos Autónomos de la Asamblea Nacional recibió las observaciones del Consorcio de Gobiernos Autónomos Provinciales del Ecuador (CONGOPE), que planteó varios puntos cruciales para garantizar una descentralización real en el país.
Guillermo Salazar, director de Asesoría Jurídica del CONGOPE, intervino en la sesión parlamentaria para exponer un compendio de observaciones formuladas por las prefecturas. A su criterio, uno de los mayores desafíos radica en el fortalecimiento de la descentralización, la misma que —según señaló— se ve limitada por el control del Gobierno Central sobre competencias que deberían ser netamente locales.
“Las competencias están tuteladas por el Gobierno Central, lo que desnaturaliza la descentralización”, cuestionó Salazar al referirse también al rol de la Superintendencia de Uso y Gestión del Suelo.
El representante del CONGOPE también enfatizó la urgencia de fortalecer la autonomía de los gobiernos provinciales y avanzar hacia una codificación clara del COOTAD. Actualmente, dijo, la normativa local se encuentra dispersa, lo que complica su aplicación.
Además, abordó temas sensibles como la asignación presupuestaria para grupos de atención prioritaria, la falta de representación del presidente de la junta parroquial rural en la normativa, las causales de remoción de los ejecutivos de los GAD —que propuso se limiten a sentencias ejecutoriadas—, el número de habitantes necesarios para la creación de nuevas parroquias y la posibilidad de suscribir convenios para servicios públicos de carácter social.
Definiciones
En respuesta a estas observaciones, el asambleísta Pablo Jurado, con una amplia trayectoria como Concejal y Alcalde de Ibarra, Prefecto de Imbabura y expresidente del CONGOPE, aportó con una visión histórica sobre la gestión y autonomía de los GAD´s. Consideró fundamental eliminar ambigüedades en la ley.
“Por ejemplo, actualmente existe la palabra podrán; eso tiene que cambiar por deberán. Solo así se deja explícitamente citada la obligatoriedad de cada autoridad y su competencia en su territorio”, expresó Jurado.
El legislador Xavier Lasso coincidió con esta posición y subrayó la importancia de que la redacción del COOTAD reformado sea clara y aplicable por parte de los gobiernos locales.
Desde otras bancadas, también hubo aportes. Milton Aguas pidió mayor precisión en la definición de atribuciones de las autoridades para evitar superposición de funciones y trabas en el acceso a recursos. Por su parte, Patricia Núñez resaltó la necesidad de garantizar competencias para las viceprefecturas y consideró prioritaria la creación de nuevas parroquias en zonas históricamente excluidas.
Soy Pablo Jurado, nací en Ibarra el 6 de febrero de 1961 y desde entonces mi vida ha estado ligada a esta tierra que tanto quiero: Imbabura. Vengo de una familia honorable, de esas que te enseñan a valorar cada logro y a nunca olvidar de dónde vienes. Me eduqué en el Colegio Teodoro Gómez de la Torre y luego llegué a la Universidad Central del Ecuador, donde me gradué como licenciado en Ciencias de la Información.
Mi primera pasión fue el periodismo. Empecé como periodista deportivo en varias radios de Ibarra y Quito, con la emoción de un joven que soñaba en grande. Después llegaron los diarios El Comercio en Quito y El Norte en Ibarra, donde pude escribir y compartir mis ideas con la gente. Ese amor por la comunicación me llevó incluso a ser presidente del Colegio de Periodistas de Imbabura y de la UNP.
Con el tiempo, la política me encontró. En 1981 me afilié a la Izquierda Democrática y, desde entonces, fui aprendiendo desde abajo: jefe de Relaciones del Municipio de Ibarra, jefe del IECE, consejero alterno, secretario del Consejo Provincial… Cada cargo me enseñó algo distinto, pero todo me reafirmó que lo mío era trabajar por la gente.
La confianza de mis conciudadanos me llevó a ser concejal en 1996 y en 2002, y en ese último periodo me nombraron vicealcalde. En 2004 la vida me regaló un gran honor: ser elegido alcalde de Ibarra. Allí confirmé que gobernar no es mandar, sino escuchar y servir.
Años más tarde, en 2014, hombres y mujeres de Imbabura me eligieron prefecto. Fueron años de mucho trabajo, donde mi prioridad fue abrir caminos, mejorar la vialidad, impulsar proyectos de riego y darle nuevas oportunidades a nuestra provincia. En 2019 volví a recibir el respaldo inmenso en las urnas y, poco después, tuve el privilegio de presidir el Consorcio de Gobiernos Provinciales del Ecuador por dos periodos consecutivos.
Ahora, en 2025, el destino me puso otro reto: ser asambleísta por Imbabura con el Movimiento Construye. Asumo con la misma convicción que me ha acompañado toda la vida: hacer política no es un privilegio, es un compromiso con la gente.
Soy periodista, abogado, magíster en Derecho Constitucional, pero, por encima de todo, soy un ibarreño agradecido, un hombre que nunca olvida que cada paso que ha dado lo debe al cariño, la confianza y la esperanza de su pueblo. Simplemente, soy el amigo Pablo.