Con 75 votos afirmativos, el Pleno de la Asamblea Nacional aprobó una resolución mediante la cual reconoce como acertadas las políticas de impulso al desarrollo, enfocadas en reactivar la economía y el turismo en la provincia de Imbabura, así como las acciones implementadas para incentivar la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios que fomenten la recuperación económica en beneficio directo de los medios de vida de la población afectada por las manifestaciones.
A través de esta resolución, la Asamblea condena la participación de individuos y grupos que, con propósitos desestabilizadores y contrarios al sistema democrático, han ejecutado acciones orientadas a obstaculizar la reactivación económica y social en la provincia.
Asimismo, respalda las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, encaminadas a restablecer la paz y el orden, garantizar la integridad de las personas, proteger la infraestructura pública y privada, y asegurar la continuidad de las actividades productivas.
La moción fue presentada por el legislador Fernando Jaramillo, quien aseguró que “en la provincia de Imbabura hubo operadores políticos y financieros que planificaron ciertas actividades; personas que no vinieron a reivindicar derechos, sino a saquear, realizar actos de violencia, terrorismo y, lamentablemente, a proteger negocios oscuros”.
“La protesta pacífica es legítima; la violencia, el terrorismo y el sabotaje, en cualquier espacio, deberán ser sancionados”, añadió el asambleísta imbabureño.
Por su parte, el legislador Fernando de la Torre recordó las aspiraciones de la provincia de Imbabura y la defensa de la dignidad humana.
De su lado, Ana Belén Tapia mencionó que, en 2025, el Gobierno ha destinado 35 millones de dólares para mobiliario y equipamiento en beneficio de niños y jóvenes del cantón, en 65 unidades educativas.
AM
Soy Pablo Jurado, nací en Ibarra el 6 de febrero de 1961 y desde entonces mi vida ha estado ligada a esta tierra que tanto quiero: Imbabura. Vengo de una familia honorable, de esas que te enseñan a valorar cada logro y a nunca olvidar de dónde vienes. Me eduqué en el Colegio Teodoro Gómez de la Torre y luego llegué a la Universidad Central del Ecuador, donde me gradué como licenciado en Ciencias de la Información.
Mi primera pasión fue el periodismo. Empecé como periodista deportivo en varias radios de Ibarra y Quito, con la emoción de un joven que soñaba en grande. Después llegaron los diarios El Comercio en Quito y El Norte en Ibarra, donde pude escribir y compartir mis ideas con la gente. Ese amor por la comunicación me llevó incluso a ser presidente del Colegio de Periodistas de Imbabura y de la UNP.
Con el tiempo, la política me encontró. En 1981 me afilié a la Izquierda Democrática y, desde entonces, fui aprendiendo desde abajo: jefe de Relaciones del Municipio de Ibarra, jefe del IECE, consejero alterno, secretario del Consejo Provincial… Cada cargo me enseñó algo distinto, pero todo me reafirmó que lo mío era trabajar por la gente.
La confianza de mis conciudadanos me llevó a ser concejal en 1996 y en 2002, y en ese último periodo me nombraron vicealcalde. En 2004 la vida me regaló un gran honor: ser elegido alcalde de Ibarra. Allí confirmé que gobernar no es mandar, sino escuchar y servir.
Años más tarde, en 2014, hombres y mujeres de Imbabura me eligieron prefecto. Fueron años de mucho trabajo, donde mi prioridad fue abrir caminos, mejorar la vialidad, impulsar proyectos de riego y darle nuevas oportunidades a nuestra provincia. En 2019 volví a recibir el respaldo inmenso en las urnas y, poco después, tuve el privilegio de presidir el Consorcio de Gobiernos Provinciales del Ecuador por dos periodos consecutivos.
Ahora, en 2025, el destino me puso otro reto: ser asambleísta por Imbabura con el Movimiento Construye. Asumo con la misma convicción que me ha acompañado toda la vida: hacer política no es un privilegio, es un compromiso con la gente.
Soy periodista, abogado, magíster en Derecho Constitucional, pero, por encima de todo, soy un ibarreño agradecido, un hombre que nunca olvida que cada paso que ha dado lo debe al cariño, la confianza y la esperanza de su pueblo. Simplemente, soy el amigo Pablo.