SEGUNDA SESIÓN PLENARIA, NO NOS DAN LA PALABRA
Hablaron de “construir y no dividir”, pronunciando esas palabras con solemnidad, como si realmente creyeran en la unidad, en el diálogo y en el respeto mutuo. Sin embargo, minutos después, demostraron lo contrario. Nos silenciaron arbitrariamente, negándonos el derecho a expresarnos y a representar la voz de miles de ecuatorianos que confiaron en nosotros a través del voto popular.
Esta no fue solo una falta de respeto hacia la bancada de la Revolución Ciudadana, sino una afrenta directa al pueblo ecuatoriano. A cada ciudadano que espera que su voz sea escuchada en los espacios democráticos, a cada persona que aún cree en la política como herramienta de transformación. Cuando se calla a sus representantes, se hiere la democracia. Lo que presenciamos fue una muestra más del doble discurso que tanto daño le ha hecho al país: se predica la unión mientras se practica la exclusión.
No pedimos privilegios, exigimos respeto. No buscamos confrontación, defendemos principios. Y seguiremos haciéndolo, con firmeza, porque nuestra lealtad está con el pueblo, no con los intereses de quienes temen al debate y a la verdad.