¡Que viva Quito!

Lunes, 10 de diciembre del 2018 - 12:50 Imprimir

En el centro del mundo hay un lugar donde los sueños se diseñan y se cumplen.
Un lugar donde la Virgen se eleva - aún más – y corona el panecillo. Lugar donde
cada piedra, cada esquina, cada calle, está llena de historia, de lucha, de
libertad. De vida.
Un lugar con sitios nostálgicos como La Ronda, donde nunca falta un canelazo o
una empanada de viento. Cuna de la bohemia quiteña, donde surgieron
pintores, escritores y poetas del siglo XX. Donde hasta el día de hoy podemos
intercambiar miradas con artistas y artesanos.
Ciudad vibrante, llena de miradores – muchos de ellos naturales. El Rucu
Pichincha, las lomas del Itchimbia, el Panecillo. Lugares donde cada amanecer es
diferente. Donde algunos días la neblina los tapa y, en otros, el sol los ilumina
en medio de un cielo azulado. Estos miradores rodean y amurallan esta ciudad,
la protegen, se aferran a ella. También así somos los quiteños, aferrados a
nuestras tradiciones y convicciones. Nos gusta lo nuestro y lo compartimos con
propios y extraños. Nos gustan también los retos, cambiar, evolucionar. Nos
reinventamos todos los días, y la ciudad también.
Capital más antigua de América del Sur, con el centro histórico más bello y
mejor conservado. Ahí donde las Iglesias, conventos y capillas parecen infinitas.
Donde el fervor de los fieles se siente en cada paso. Pero sobre todo la
esperanza que tenemos siempre de un mañana mejor. Esa devoción se traduce
a creer en nosotros mismos, en que sí podemos. En que la meta está a la vuelta
de la esquina.
Ciudad rebelde, valiente desde siempre. Así lo demostraron los próceres que
iniciaron la Revolución de Quito con el primer grito de independencia, así como
aquellos que derramaron su sangre en las faldas del Pichincha, el 24 de mayo de
1822. Y eso lo guardamos los quiteños siempre en la memoria. Lo revivimos en
cada manifestación, en cada marcha, en cada concentración.
Un lugar lleno de emprendedores, de trabajadores incansables, de innovación.
Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde lo colonial y lo moderno se juntan.
La ciudad moderna, en la que la avenida Colón dejó de ser el límite al norte, y
surgieron grandes urbanizaciones, edificios y espacios verdes – pulmones para
la ciudad - como el parque La Carolina o el Metropolitano. Pero también hogar
para barrios emblemáticos como la Loma Grande y la Guaragua (y la guaragua y

la guaragua…) Ahí donde el chulla quiteño la vida se pasa cantando, mostrando
siempre que la pobreza no es razón para no ser elegantes y alegres. Aquel que
le “saca el jugo” a la existencia y se ríe de las múltiples contrariedades de la
vida.
Una ciudad marcada por mitos y leyendas, en la que compartimos de
generación en generación la astucia de Cantuña. En San Francisco falta un
ladrillo, pero sobran los visitantes, locales y extranjeros, que con esperanza
hacen el esfuerzo de encontrar ese espacio vacío con el cual Cantuña logró
engañar al mismísmo diablo.
Quito, el lugar donde el mundo se divide en dos. Ciudad solidaria con el resto
del país, con los que más lo necesitan. Donde día a día trabajamos por la
inclusión de los más vulnerables. Que busca ser un espacio libre de
discriminación, exclusión y violencia. Que lucha por el respeto a la vida, por sus
animales, por el deporte. Ciudad activa, solidaria, equitativa. Donde nadie se
quede atrás. Un lugar de encuentro, de mezcla y de integración de las
diferencias, de diversidad, donde día a día se acorta la brecha de la desigualdad.
Y si, lo más valioso que tiene Quito no son sus montañas o monumentos
patrimoniales; no son sus iglesias ni plazas, sus modernos edificios o la riqueza
de sus empresas. Lo más valioso de esta maravillosa ciudad es su espíritu
combativo y noble, sus ansias de paz, su generosidad sin límites y la alegría con
la que afronta la vida. Quito es su gente, sus leyendas e historia. Quito
representa millones de corazones dispuestos a unirse para enfrentar la
adversidad. Quito es la diversidad, la tolerancia a las diferencias y el anhelo de
democracia.   
Muchos de nosotros hemos nacido aquí. Hemos construido nuestros sueños en
Quito, y luchamos por ellos constantemente. Otros llegaron, se enamoraron y
se quedaron… Ustedes también son quiteños, la capital nos acoge a todos
porque desde aquí construimos un mejor Ecuador.
Hoy, en sus 484 años de Fundación, el mejor homenaje que le podemos hacer a
Quito es estar a la altura de sus ideales: ser demócratas, ser trabajadores, ser
solidarios, ser honestos. Quito se merece, de todos nosotros, que nos
esforcemos día a día para ser consecuentes con su gran historia; Como
ciudadanos libres, autónomos y enamorados de esta ciudad… de Quito, la
capital de los ecuatorianos.

¡Que viva Quito!

Sebastián Palacios
Asambleísta por Pichincha Movimiento SUMA

Asambleísta por la provincia de Pichincha | Integrante de la Comisión Del Derecho a la Salud | Alianza SUMA

 

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