El 27 de septiembre de 2017 el diario público de Ecuador “El Telégrafo” publicaba una noticia que sin duda estremeció a sus lectores. La nota empezó así: “Saskia Yamilet G.Q., de 13 años, quien fue abusada y embarazada por su padre, dará a luz la primera semana de noviembre.”
En la mitad del relato la nota recogía parte del procedimiento legal, y del testimonio de la niña: “En el sitio, el médico legista Alberto Ramírez determinó que Saskia Yamilet presentaba un abdomen globuloso compatible con un embarazo, que fue confirmado en el hospital materno mencionado, ubicado en el suburbio oeste de la urbe porteña. Asimismo, la adolescente manifestó que su progenitor la violaba desde los 5 años.”
Este es solo uno de los tantos casos que semana tras semana se presentan en Ecuador, y que llevaron a que varios colectivos, pidan a la Asamblea Nacional que se de paso a la despenalización del aborto en ciertos casos. Por ejemplo, cuando exista una violación, incesto, cuando la vida de la madre o del menor estén en riesgo, o cuando se identifiquen mal formaciones en el feto.
Según datos colocados en un reporte sobre la situación de la niñez y adolescencia en Ecuador, la provincia de Pichincha, que acoge a Quito como capital de la república, registra 37 suicidios de adolescentes de 12 a 17 años en 2016. Quienes siguen e investigan de cerca está realidad dicen que entre las causas están, que sufrieron abuso sexual, que se enteraron que van a convertirse en padres, e incluso por temor a sus agresores, que en su mayoría son sus familiares.
Los partos en niñas menores de 14 años siguen en aumento en América Latina, impactando su salud mental, su salud física y su desarrollo vital. Mientras tanto los estados de la región les niegan sus derechos sexuales y reproductivos. El embarazo forzado destruye a las niñas. No en sentido figurado, sino literal. Su cuerpo no está listo para el embarazo y parir puede matarlas.
En Ecuador 56.298 niñas entre 10 y 19 años parieron al menos una hija o un hijo en 2017 y se registraron 32 casos de muerte materna entre los 15 y 19 años, según el Ministerio de Salud. Niñas menores de 14 años son obligadas a ser madres porque no tienen la posibilidad de interrumpir su embarazo, dejándolas ante un mundo clandestino de aborto o adopciones ilegales.
El Código Orgánico integral penal aprobado por el parlamento ecuatoriano en 2014, dio paso a la tipificación del aborto como un delito. Estableció que la mujer que aborte, tendrá una pena privativa de libertad que va de seis meses a dos años de prisión, e incluso incorporó una sanción para quienes ofrezcan ese servicio. Para ellos la sentencia es de uno a tres años en la cárcel.
Actualmente la Comisión de Justicia en la Asamblea Nacional propone reformar el artículo 150 del Código Orgánico Integral Penal para incorporar, como causal de aborto no punible, a la violación en contra de cualquier mujer y no únicamente en contra de una mujer con discapacidad mental. Este debate abre una posibilidad para salvaguardar los derechos de las mujeres.
La violencia sexual que sufren las niñas en Ecuador constituye un grave problema de derechos humanos y salud pública. Ninguna niña debería ser obligada a ser madre después de haber sido violada.
Integrante de la Comisión De la Biodiversidad y Recursos Naturales Visita mi Perfil
