En Ecuador, el ghetto (la rancia derecha y su transnacional de la falacia), persiguen a Rafael Correa porque es y seguirá siendo el líder nato del pueblo, nacido de la entraña misma de las reivindicaciones y la lucha social de los más necesitados de oportunidades.
Amasado con la harina y el fermento del campesino, el obrero y el intelectual consciente, que persiguen hornear el pan de la justicia social, Correa es un digno hijo del ecuador profundo. El hombre que vino para sacudir al sistema, reivindicar los derechos del oprimido, y hacerle ver que su poder, radica en marchar juntos.
La prosperidad no se trata de tener un Iphone de última generación para chatear frivolidades. La prosperidad es tener una vida digna, producto de un trabajo con un salario justo que cubra las necesidades básicas y satisfaga el derecho a tener derechos, conociendo las obligaciones.
No se trata de regalar discursos populistas al pueblo. Se trata de ejercer el liderazgo con equidad y firmeza, para dirigir la marcha de las obras que proyectan y construyen un futuro mejor, basado en el bien colectivo. Eso logró Correa. Eso claro, y unos cuantos enemigos capitalistas, que vieron mermado su lucro. Por eso lo quieren preso. Por eso intentaron solicitarle a Interpol que lo capture, e Interpol les contestó que para ello tiene que existir plena prueba de algún delito cometido, y no existe ninguna prueba de ello.
Por tanto, el gobierno ecuatoriano puede y debería ser pasible de ser sanción, por persecución política. Derechos humanos internacionales, debería actuar de oficio y no permanecer ajeno a una realidad incontrastable.
Mientras el Stableshiment no logre destruir el pensamiento independiente de los que quieren acabar con la pobreza (principalmente la espiritual), combatiendo la idea de cambiar el mundo, y transformar las sociedades en justas y solidarias para con el prójimo infeliz, y carente de medios que le propongan una vida digna, mientras el consumismo socave los cimientos de la justicia social, la hipocresía seguirá en cartel, brindando funciones, al pobre que asiste al espectáculo de los excesos del rico, pagando entrada y sosteniendo con sus magros ingresos, el derroche bacanal de los poderosos.
América Latina no ha cambiado pese al ejemplo de Evo Morales en Bolivia. No ha comprendido que la corrupción existe en todos los estratos, que la traición, siembra "hierba mala inadvertida" en todos los proyectos del quehacer político, y que estos Judas del modernismo, son burgueses disfrazados con piel de izquierda, esperando agazapados para dar el zarpazo, y echar mano a coimas que desmerecen la labor y generan descrédito porque la gente generaliza, y la derecha se sirve a través de los medios, para conmocionar e incidir en la opinión publica. Los traidores son mandaderos del capitalismo. Peones estratégicos, que, en la primera de cambios, terminan siendo sacrificados, cuando ya no da más jugo, su fruta seca y contaminada en la trama de la corrupción.
Y la justicia es tan permeable a las presiones del poder político de la derecha, como el poder político lo es a los capitalistas. Mientras... seguimos creyendo que los "Malinches" vienen a salvarnos, cuando en verdad vienen a saquear, y les abrimos la puerta, y adoramos su Tótem de hamburguesa, y su Iphone con GPS, espejitos de la modernidad, que nos cambian por nuestras materias primas.
Integrante de la Comisión De la Biodiversidad y Recursos Naturales Visita mi Perfil
