Compañera Presidenta, compañeros y compañeras asambleístas:
Creo que actuar con prudencia, hablar lo que debemos decir frente a una tragedia, frente a una desgracia, cuando tenemos que ayudar a hacer lo que se debe, desde el lugar donde estemos, es no seguir abofeteando a la gente que tanto ha sufrido y eso lo tenemos que hacer sea cual sea el lugar donde estemos.
Casualmente pasé el terremoto cruzando el puente de San Vicente hacia Bahía, creo que ese puente es un símbolo, el símbolo de la responsabilidad que debemos tener frente a un país de riesgo, desde lo público y desde lo privado. Es un símbolo de los puentes que debemos tender en el país para actuar, como decía en el inicio, responsablemente frente a este momento de dolor del pueblo ecuatoriano, no de las zonas de riesgo, sino de la gente, porque esto lo que afecta es a la gente y también ese puente es un símbolo de la tradicional fortaleza de la gente manabita, de esa fortaleza que va a permitir que nos levantemos rápidamente de este dolor y que nos levantemos también con nuestros hermanos y hermanas de Esmeraldas.
Durante las dos primeras semanas tuve la oportunidad de colaborar en mi tierra para enfrentar y para salir adelante de esa crisis que estábamos enfrentando luego del terremoto, para poder afrontar adecuadamente a través de la gestión lo que allá nos había sucedido, la tragedia que habíamos pasado. Y ahora desde la Asamblea creo que tenemos la maravillosa oportunidad a través de esta ley de aportar a las zonas afectadas y a la gente de esas zonas para continuar con esos sueños que aparentemente han quedado truncos, pero que tenemos que reconstruirlos.
Mi solidaridad profunda con las familias, con los amigos, con toda esa gente que hemos perdido, con la gente que era parte de nuestra cotidianeidad, con todas esas pérdidas humanas que ya no vamos a poder recuperar, pero que también esas muertes nos sirvan y que sean la luz, que sean el acompañamiento permanente para rectificar nuestra forma de vivir, nuestra forma de enfrentarnos en este país, en un país que siempre hemos sabido que es un país de riesgo, de tal manera que la naturaleza no nos siga reclamando con esa fuerza que lo ha estado haciendo.
Quiero agradecer como han hecho muchos compañeros y compañeras la solidaridad infinita de nuestro país, de los otros países, de la comunidad internacional, de nuestros compatriotas, de amigos, de amigas, de voluntarios, de voluntarias que estuvieron inmediatamente en el lugar de los desastres, demostrando que la unidad es importante en esos momentos, demostrando a veces no con la presencia física sino con el trabajo que pudieron hacer desde los lugares donde vivían, buscando la forma de apoyar, buscando la forma de ayudarnos para continuar. Agradecer a nuestra Presidenta de la Asamblea, a las y los asambleístas que en forma personal han estado colaborando aquí en Quito, en sus provincias y en nuestras provincias afectadas, ayudándonos con colaboración material que siempre se necesita, pero también con esa colaboración espiritual que sirve para recomponer el ánimo y creo que la Asamblea ha tenido esa presencia tan importante que nosotros necesitábamos en estos momentos de crisis.
El terremoto obviamente nos deja lecciones, lecciones de la naturaleza. También revisando con el terremoto anterior y ahora, la solidaridad en el terremoto del 98 y la respuesta del gobierno no fue tan rápida como fue en este terremoto. Creo que vamos avanzando, la respuesta fue mucho mejor, pero nos sigue faltando y en eso tenemos también que estar siempre pendientes y trabajar para continuar mejorando en un país que siempre nos puede dar sorpresas como la que nos dio este 16 de abril.
Pero también el terremoto nos da la oportunidad de reinventarnos, de recrearnos, de buscar en este momento de crisis la forma de salir de los escombros fortalecidos. El terremoto nos deja grandes pérdidas económicas, pérdidas psicológicas, pérdidas identitarias que tenemos que construirlas nuevamente. Es duro, yo soy de Bahía y es duro para la gente de allá cuando salimos a caminar y vemos como no solamente tenemos las pérdidas humanas, las pérdidas económicas como digo, sino cuando caminamos y vemos edificaciones que son parte de la historia, que son parte de la identidad, que han significado tanto parte la historia de Bahía y que nos han ido haciendo como somos, ver que ya no están y va a ser duro continuar con esas pérdidas que tenemos ahí.
Pero también es la oportunidad, creo yo, de forjar una nueva identidad para Manabí, para Esmeraldas, para el Ecuador, de tener esa historia, esa fortaleza que siempre ha tenido Manabí, de mantener en la memoria colectiva lo que tal vez ya no tengamos pero también construir un nuevo imaginario post terremoto, un imaginario donde siempre recordemos que este es un país de riesgo. Por que yo me pregunto ¿Cuántos teníamos la linterna a la mano, la mochila de emergencia, todas las cosas que deberíamos tener, cuántos planificamos nuestras casas con las normas antisísmicas? Todas esas cosas tenemos que recordarlas siempre y también de esas lágrimas, de esos sufrimientos, de esas incertidumbres que nos deja el terremoto crear nuevas fortalezas y tener siempre en nuestra mirada el optimismo.
Esta ley nos va a permitir irnos fortaleciendo, creo que es algo importante que nosotros caminemos con esto e ir también buscando formas de fortalecer los sectores de las zonas afectadas. Por ejemplo, conversando con el sector pesquero artesanal tienen grandes preocupaciones porque el mercado local tiene una gran presencia de productos de la pesca peruana cuyos precios son más bajos, entonces frente a todo lo que ha ocurrido tienen hasta temor de continuar pescado con una competencia que termina siendo desleal, con una competencia que no les permita actuar.
Sugiero una transitoria para este tema que diga:
Disposición transitoria
“El Magap en un plazo no mayor de 30 días a partir de la publicación de la ley establecerá el plan integral económico que permita la recuperación del sector pesquero artesanal sobre todo en los cantones costeros afectados por el terremoto”.
El tema del aporte que ha hecho la banca privada, yo creo que la solidaridad desde lo público, desde lo privado ha sido importante. Pero hablando con la gente, con la gente que ha estado buscando a la banca privada para esa reactivación, se encuentran con que muchas veces no les permiten renegociar las deudas, como que no responde a las necesidades que tienen.
Entonces, hacer un llamado también a la banca privada para que de una respuesta eficaz en este sentido y también un artículo innumerado de este proyecto que diga:
Art. xxx “El sistema financiero nacional entre otras medidas necesarias que garanticen condiciones de inversión, generará la remisión de multas e intereses a los créditos concedidos en la provincia de Manabí y el cantón Muisne y otras circunscripciones afectadas por el terremoto y presentará un informe mensual”.
También creo importante incluir una transitoria con el fin de lograr que las ZEDE (Zonas Económicas de Desarrollo Exclusivo) puedan funcionar y convertirse en motor de desarrollo, no solo para la zona afectada si no también para el Ecuador, por lo tanto propongo la siguiente disposición transitoria.
Disposición transitoria
En un plazo no mayor a 90 días la SENPLADES junto con el Ministerio de Industrias y Productividad establecerán ZEDES dentro del territorio afectado por el terremoto.
Las Zonas Económicas de Desarrollo Exclusivo deben funcionar en las zonas afectadas, nosotros tenemos los cantones costeros de la zona norte de Manabí que aspiran a que esto se logre y que se lo logre a través de SENPLADES, a través de ver cómo se puede facilitar la ley para reactivarnos.
Es importante realizar una revisión de los cantones más afectos por el terremoto con el fin de declararlos Zonas de Intervención Territorial Integral, con el objetivo de mejorar la calidad y cualidad de la inversión. En esta zonas del norte de Manabí, que nos enlazamos también históricamente con Esmeraldas, se debe declarar las zonas de intervención territorial integral para que se pueda, con la inversión estatal, también crear unas zonas fortalecidas en toda la provincia de Manabí, en nuestros cantones Sucre, San Vicente, Pedernales y Jama que como digo compartimos una historia y vamos a compartir la oportunidad de salir adelante de esto.
La unidad nos da la oportunidad de construir nuevas y fortalecidas comunidades. Los invito a que con este proyecto de ley enriquecido con el debate que se está dando ahora, podamos construir un nuevo Manabí, un nuevo Esmeraldas fortalecidos con un Ecuador mucho más solidario y teniendo esa visión de ecuatorianidad y de progreso, muchas gracias.
He sido Asambleísta Constituyente 2008, Asambleísta en la transición 2009, Asambleísta Nacional 2009 - 2013 y actualmente reelecta como Asambleísta Nacional 2013 - 2017. Siempre representando a mi provincia..
