Hoy volvimos a abrir las puertas de la Comisión de Gobiernos Autónomos con una idea tan clara como urgente: la reforma al COOTAD no puede quedarse en el papel, tiene que sentirse en cada comunidad del país.
¿Por qué reformar ahora?
Porque lo pidieron 42 proyectos de ley que, desde 2015, recogen voces de costa, sierra, Amazonía y Galápagos. Porque los GAD necesitan más herramientas para responder –sin pedir permiso al centralismo– a la inseguridad en los barrios, al bache en la carretera rural, al agua que no llega a la comunidad.
Lo que aprobamos hoy
Informe para segundo debate de la gran reforma al COOTAD.
Principios nuevos y urgentes: interculturalidad, plurinacionalidad, participación directa de la ciudadanía en la toma de decisiones.
Autonomía real: competencias claras, financiamiento oportuno y control social para que la plata llegue a donde debe llegar.
Escuchamos a la prefecta de Pichincha, Paola Pavón, insistir en que sin riego no hay agricultura familiar que aguante. Vi a mis colegas Héctor Valladarez, Fabiola Sanmartín y Segundo Tuala defender, con mapas en mano, las necesidades de Pedernales, Tosagua y Cojimíes. Y sentí esa mezcla de esperanza y exigencia que traen los líderes barriales cuando piden seguridad sin discursos vacíos.
Solicitamos una prórroga de 120 días para la Ley de Límites Territoriales Internos; necesitamos informes técnicos actualizados y certezas jurídicas para evitar disputas interminables. Y sí, volveremos a convocar al ministro de Transporte y al de Finanzas: las excusas no asfaltan carreteras ni pagan cuentas pendientes con los GAD.
Lo que viene
Segundo debate en el Pleno: más argumentos, más participación, cero improvisación.
Mesas territoriales con alcaldes, prefectos y juntas parroquiales para aterrizar la reforma en la vida real.
Veedurías ciudadanas desde el primer día: la ley se fiscaliza mejor cuando la gente la siente suya.
Este proceso no es de una presidenta de comisión ni de nueve asambleístas: es de cada ecuatoriano que cree en un Estado cercano, eficiente y sin miedo a compartir poder. ¿Te sumas? Escríbeme tus propuestas; las puertas –y los oídos– siguen abiertas.
Cuando los territorios deciden, el país avanza.
Soy Victoria Desintonio, Asambleísta por la provincia del Guayas, de la Bancada Ciudadana. Soy defensora de los derechos de la mujer y sus reivindicaciones. Busco la generación de oportunidades para todos y todas. Tengo treinta y cinco años, mi compañero de vida es John y soy madre de Ezequiel y Rafael. Desde joven, decidí luchar por la eliminación de las causas de la desigualdad y la injusticia
A los diecisiete años me vincule al Movimiento Jubileo 2000. Participé en el impulso a proyectos de formación sobre el tema de la deuda, en la construcción de normativas para el control del endeudamiento público y veedurías, y en el impulso de iniciativas de vigilancia ciudadana a la deuda externa ecuatoriana.
He participado intensamente en el movimiento de mujeres, donde he compartido nuestras luchas por los derechos humanos. Me vinculé al proceso de la Asamblea Constituyente de 2008, en particular en la creación del Mandato Juvenil Constituyente, desde el Acuerdo Nacional de Jóvenes. Ese momento marcó mi vida, pude valorar desde la realidad, la importancia de la participación. Esta iniciativa ciudadana, plasmó los anhelos y demandas de jóvenes ecuatorianos en la nueva Constitución, que siento mía.
Fui consejera del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, designación que obtuve a través del voto popular.
Fui asambleísta desde mayo de 2021, hasta la disolución de la Asamblea por muerte cruzada en mayo de 2023. En la Asamblea, propuse la derogatoria de la mal llamada Ley Humanitaria, que precarizó el trabajo de miles de ecuatorianos y ecuatorianas.
Vuelvo a la Asamblea Nacional para construir ese Ecuador que represente igualdad y equidad para todos y todas.