Hoy, 20 de noviembre, celebramos a quienes son el alma y esperanza de nuestro mundo: ¡nuestros niños! Su risa, sus sueños y su energía nos inspiran a trabajar incansablemente por un presente lleno de amor y un futuro lleno de oportunidades.
Sin embargo, también es un momento para reflexionar: ¿Qué mundo les estamos dejando? Con el cambio climático y el deterioro de nuestro ecosistema, tenemos el deber de actuar con responsabilidad. Cada decisión que tomemos hoy, desde cuidar nuestros recursos hasta proteger el medio ambiente, es un legado directo para las próximas generaciones.
Porque nuestros niños merecen un mundo donde puedan soñar, crecer y prosperar en armonía con la naturaleza. Hoy renovemos nuestro compromiso con ellos y con nuestro planeta.