Símbolo de Vida e Identidad para Chone
El humedal La Segua, es el décimo cuarto de mayor número de hectáreas en el Ecuador. Se forma como parte de la convergencia de los ríos Chone y Carrizal. Alberga 164 especies de aves, algunas de ellas migratorias del hemisferio norte que vuelan miles de kilómetros durante la época de invierno para obtener recursos alimenticios y sitios de descanso, asimismo, acoge 8 especies de mamíferos y 36 variedades de plantas. Éste ecosistema regularmente recibe un número elevado de especies congregatorias (más de 50 mil individuos).
Existen varias definiciones de humedal. Siendo la de mayor aceptación la proporcionada por la Convención de Ramsar (efectuada en una ciudad de Irán del mismo nombre), la cual señala que los humedales son: “extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. Es decir, los humedales son zonas donde la tierra y el agua se conjugan, son sistemas intermedios entre ambientes permanentemente inundados y ambientes normalmente secos.
Un humedal debe cumplir tres condiciones: Primero, tener vegetación hidrófila, que quiere decir, plantas que viven en ambientes húmedos o dentro del agua. Otro requisito, es que el suelo sea húmedo o esté cubierto de agua; una descripción más exacta menciona que un humedal en época seca debe tener una capa de al menos 40 centímetros de suelo húmedo. Finalmente, un humedal debe tener características ambientales que favorezcan la presencia de humedad, esto es, una fuente de agua (río, vertiente subterránea, lluvia, etc).
La importancia de los humedales reside en que son refugios de vida silvestre, con gran diversidad biológica, reguladores de los ciclos del agua y del clima, y, generadores de agua dulce. Además, contribuyen en el control de inundaciones y sequías, así como, en la recarga de acuíferos. Al cubrirse regularmente de agua, sus suelos se saturan, quedando desprovistos de oxígeno y dando lugar a ecosistemas híbridos entre especies acuáticas y terrestres.
La lista Ramsar incluye (hasta 2013), 2.167 sitios designados como humedales, cubriendo una superficie de 208,5 millones de hectáreas, entre 168 países. En Ecuador existe un sinnúmero de humedales, de los cuales tan solo 18 están registrados como de importancia Ramsar, ocupando el puesto 75 entre los países con mayor área de humedales en el mundo; la superficie de humedales más grande en el Ecuador se encuentra en la Reserva ecológica Cayapas - Mataje de Esmeraldas (44,8 mil hectáreas). En Manabí, el área de humedales más grande se encuentra en el Parque Nacional Machalilla (14,4 mil hectáreas), mientras que, el humedal La Segua, con 1.836 hectáreas y ubicado en la parroquia San Antonio, es el más grande de la zona norte y segundo de la provincia.
A pesar de su importancia como ecosistema de alta diversidad biológica, el humedal La Segua es poco valorado por propios y extraños. A principios del siglo XX, contaba con abundantes pantanos y manglares, pero como resultado de la deforestación, se produjo el acarreo de excesivo sedimento que lo separó del mar y lo convirtió en un humedal de agua dulce. La mayor parte de este humedal corresponde a aguas abiertas, pero también hay extensos parches de lechuguines y llanuras de inundación deforestadas utilizadas para agricultura y ganadería.
Hoy, el humedal La Segua se circunscribe dentro de seis poblaciones rurales como son: Larrea, La Margarita, La Segua, la cabecera parroquial de San Antonio, La Sabana y la cabecera parroquial de Bachillero (las cinco primeras pertenecen al cantón Chone, mientras que la última pertenece al cantón Tosagua).
La deforestación provoca la sedimentación de abundante material, ocasionando el relleno paulatino del humedal. El incremento del número de viviendas, así como, el desarrollo de actividades agrarias dentro del humedal, reduce y contamina este ecosistema. Así también, el cambio hidrológico artificial que representan las presas La Esperanza y Rio Grande que se conectan a los ríos Carrizal y Chone respectivamente, y, la cercanía de ciudades como Chone y Tosagua presuponen un alto riesgo de sedimentación y contaminación.
En aras de preservar este ecosistema, es urgente y vital que se incorpore este humedal al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, para que sea el propio gobierno nacional quien ejecute acciones de conservación y financie una gran iniciativa dirigida a darle valor al mismo.
En este marco, el humedal La Segua, debe convertirse en un parque eco-turístico, con cierto nivel de inversión en infraestructura, administrado por una empresa pública, que permita estimular a las poblaciones rurales circundantes para que se desarrollen a través del turismo y que habitantes de cantones cercanos como Chone, Tosagua, Sucre, San Vicente, entre otros, disfruten de un escenario polifacético donde coexista el deporte, la cultura y el medio ambiente, específicamente, abarcando obras tales como un sendero para ciclismo y caminatas (aproximadamente 9 kilómetros), museo, miradores y muelles para botes, así como, áreas para restaurantes, locales de souvenirs, estacionamientos y pasos peatonales.