En Bolivia elaboran norma para interrumpir embarazos de mujeres que han sido víctimas de violación

Es un claro ejemplo del trabajo mancomunado y el respeto a los derechos de las mujeres. Con grata sorpresa me encontré el día de ayer con un artículo publicado por el diario La Razón de Bolivia, en el que se comunicaba que los ministerios de Salud y Justicia elaboran una  norma que permitirá interrumpir los embarazos en mujeres que sufran violación. El documento es un complemento a la Ley Integral (348) para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.

Rubén Colque , director nacional de Salud, comentaba que desde hace tres meses se venía ya trabajando en una norma que permita realizar un aborto en el caso de que una mujer sea agredida sexualmente y que como consecuencia de este acto violento, quedara embarazada. La elaboración del documento se realiza mientras se debate el recurso de inconstitucionalidad presentado por la diputada del MAS Patricia Mancilla ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en 2012. La demanda es contra 12 artículos del Código Penal, tres de los cuales penalizan el aborto (263, 266 y 269). El director de salud ya ha aclarado  que en el tema del aborto, la Ley 348 establece artículos que promueven la prevención de embarazo en caso de que se registre una violación.Entre ellos se encuentran los mecanismos de anticoncepción (la pastilla del día después) o la interrupción del embarazo. La norma también prevé la aplicación de un formulario que permitirá que la víctima sea examinada por cualquier médico para tener el certificado forense. De manera que no sea revictimizada con la obligatoriedad de detallar la violación a un forense. En América Latina estamos en este proceso de reivindicar los derechos de las mujeres, especialmente en el que se refiere a la libertad de elegir si continuar o no con un embarazo que ha sido provocado por una violación. En Ecuador seguimos de pie en esta lucha y continuaremos trabajando para que se valide y reconozca constitucionalmente tener esta opción. Saber que en Bolivia se camina más firmemente me convence aún más de que es justo y necesario seguir avanzando sin detenerse a mirar atrás.