La semana anterior, la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, hizo énfasis en el encuentro con organizaciones campesinas y agrícolas que acudieron a la Asamblea para exponer sus planteamientos en torno a la Reforma Agraria y Soberanía Alimentaria, en el marco del Diálogo Nacional por la Justicia y Equidad Social.
“De cómo se desarrolle la ruralidad ecuatoriana, de cómo sea la realidad de nuestros productores rurales, de la manera en que se produzca y se viva la ruralidad dependen muchas otras cosas esenciales para un proyecto político soberano, popular y democrático”, aseveró.
Realmente el sector agrícola es fundamental para el desarrollo del país, son más de tres millones de personas que a más de vivir de la agricultura, producen la mayor parte de alimentos y constituyen el principal abastecedor que asegura la soberanía alimentaria nacional.
La agricultura campesina cumple además con la protección de la biodiversidad, la regulación comunitaria del agua y la conservación de la calidad de los suelos. Y de destaca también el gran aporte de la fuerza femenino.
En este sentido, como líder de la zona rural del Guayas, estoy vigilante de los procesos que aseguren el empuje de la agricultura campesina. No solo con una distribución equitativa de la tierra, que se garantice la producción, la comercialización o el fortalecimiento de la infraestructura rural.
Es necesario dignificar la vida social, económica y cultural de nuestros agricultores, construir las condiciones que satisfagan las aspiraciones del sector, que son las mismas de todo ecuatoriano que produce, aporta y crece.
Ecuador tiene posibilidades reales para lograr dinamizar la agricultura a un siguiente nivel y nuestros campesinos lo creen, por eso estas reuniones de diálogo son para la fortalecer a una comunidad que busca ser protagonista de su propio desarrollo.