La trampa del techo de cristal

Lunes, 25 de mayo del 2015 - 08:29 Imprimir

Nuestra memoria de siglos de opresión nos hace fuertes, nos hace grandes. Todas las mujeres somos fuertes, al final de la jornada es eso lo que cuenta. El machismo, los juzgamientos y hasta las hogueras a las que, decepcionantemente, hombres y mujeres nos empujan, no importan, porque la lucha es todos los días.

Comprendería que desde la cátedra se mire a las mujeres que estamos en espacios políticos con distancia. Que seamos constantemente objeto de duras críticas, pues es fácil juzgar desde terrenos distintos, sobre todo cuando se habla sin ser activamente partícipe de los espacios en los que se generan los cambios. Sencillamente esto es algo que no tolero.

Y lo menciono porque es indignante que desde la mirada de mujeres feministas y catedráticas, se someta toda la atención a un solo hecho, deslegitimando “de una sola barrida de pluma” los logros que se han obtenido en los últimos años, en tiempos de #RC. Es intolerable que el alboroto de un “tuit” descontextualizado hablando de sumisión pueda más que nuestro propio “poder de mujeres” Jamás podría reconocerme sumisa, menos deslegitimar aquellas luchas que hoy nos permiten estar en este espacio, sin embargo hago notar un detalle: Se omite el contexto en el que se utiliza la palabra “sumisa” con un claro intento por causar daño. “Seré sumisa” se utilizó de manera confrontativa frente a las críticas recibidas respecto a la forma en que Alianza País reeligió a sus autoridades. 

Este intento de causar daño, nos ha hecho olvidar que por primera vez en la historia ecuatoriana se logró tipificar la violencia contra la mujer y el femicidio y el reconocimiento de los derechos de las mujeres en distintas leyes. Esto es el resultado de un debate promovido desde las organizaciones sociales y discutido por una bancada que forma parte de este proyecto político.

La participación política de las mujeres no ha sido gratuita. Reconozco que una de las trampas que debemos enfrentar es que tener representación femenina en cualquier espacio político no significa necesariamente tener representación feminista. Sin embargo, las que sí lo somos, seguimos ideando estrategias de lucha con tenacidad y convicción desde los espacios en los que nos encontramos.

Por eso miro con decepción como nosotras mismas somos quienes nos agredimos, somos violentas. Solo se observan los intereses de turno, cayendo nuevamente en las trampas de un sistema patriarcal  que nos divide, que no nos permite apoyarnos, y en el que aún tenemos que lograr espacios de negociación, escoger batallas, poner en el debate temas naturalizados como la violencia y el trabajo doméstico.

Está claro que las futuras generaciones y la historia juzgarán a quienes hoy somos parte del gobierno y a quienes son parte de la oposición. Esas mismas generaciones también tendrán que analizar al Ecuador antes del 2006, el que vivió un doloroso proceso de dolarización, migración económica y pobreza galopante. Que las futuras generaciones juzguen, se enteren y les dejemos un escenario donde las estrategias sean las naturalizadas por hombres y mujeres, no por la violencia. Pero mientras tanto, no lancemos piedras si tenemos techo de cristal, porque esa puede ser la peor de las trampas, sobre todo entre nosotras.

Gina Godoy Andrade
Asambleísta por Guayas Alianza PAIS

Gina Godoy Andrade, Asambleísta por el Guayas. Distrito 1 Feminista, luchadora permanente por la igualdad de género, la niñez y la adolescencia Asambleísta desde 2009. Integrante de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado.

Facebook - Gina Godoy Andrade Facebook - Gina Godoy Andrade

E-mail - Gina Godoy Andrade

Av. 6 de Diciembre y Piedrahita · Teléfono: (593)2399 - 1000 | Quito · Ecuador