Mujer infórmate, la Asamblea trabaja por ti

Lunes, 06 de abril del 2015 - 16:59 Imprimir

Quiero resaltar el interes de la academia por discutir un tema transcendental y darme la oportunidad de dirigirme a los estudiantes para hablar de los derechos e igualdad de la mujer en la sociedad ecuatoriana. Mi agradecimiento y congratulación a los organizadores del evento y a quienes forman parte del mismo. 

Como Guayaquileña, quiero transmitirles queridos estudiantes, la importancia de la mujer y su participación en los espacios públicos. Este ha sido un estereotipo que paso a paso hemos venido derrumbando. Sólo los hombres tenían oportunidades en el ámbito público y la mujer estaba relegada a los espacios privados como el hogar. Sin querer restar la importancia del hogar, base fundamental de la familia, el aporte de la mujer en las decisiones públicas ha sido clave al hablar de reinvindicación de  derechos.

En América Latina, la educación era solo un privilegio para los hombres, quedando relegadas las mujeres a aprender las labores domésticas y subordinadas a la autoridad de sus padres primero y luego de sus maridos.

Parafraseando a Malala Yousazai, reciente premio nobel de la paz, “Vivimos como una familia de naciones, es necesario que cada miembro de esta familia reciba oportunidades iguales de crecimiento económico, social y especialmente educacional (…) Si un miembro se rezaga, el resto nunca podrá continuar hacia delante".

Nuestra región, en estos últimos años, ha sufrido transformaciones sociales y políticas, donde se debate la igualdad de los derechos y la participación. Cuando hablamos de derechos de ciudadanía, no podemos hablar de democracia y participación si las mujeres no son parte de la organización de la sociedad.

En nuestro país, en 1929 se estableció por primera vez el derecho de la mujer al voto. La representación parlamentaria femenina era del 0% en el año 1979. En el año 2000 se dictó la ley de cuotas de candidatas mujeres en las listas electorales.

La constitución de 1998 renoció los derechos de la mujer y al mismo tiempo consolidó un modelo económico que era superior a los mencionados derechos. Este modelo económico liberal provocó la migración de aproximadamente 500.000 ecuatorianos, en su mayoría mujeres. Familias destrozadas y divididas por las perversas decisiones de la vieja clase política ecuatoriana.

De este antecedente nefasto, nace la necesidad de una propuesta de cambio liderada por el actual gobierno, en el que se capitalicen las demandas sociales y se realicen los derechos de las mujeres.

Este giro radical de la política, dio paso a una asamblea constituyente conformada  con el 36 por ciento de mujeres ecuatorianas. El porcentaje de mujeres legisladoras en el periodo 2009-2013 fue del  33 por ciento. El periodo 2013-2017, sin duda, marcó una ruptura. Por primera vez más de un tercio de la Asamblea Nacional fue integrado por mujeres, es decir, 58 de 137 asambleístas, equivalentes al 38 por ciento.

Igualmente, por primera vez, tres mujeres ocuparon la Presidencia y las dos vicepresidencias del parlamento nacional. De las 7 vocalías del Consejo de Administración Legislativa, CAL, el máximo organismo de administración de la Asamblea, 4 son representadas por mujeres.

Hemos avanzado en la lucha por la reivindicación de los derechos pero todavía falta por hacer. En las elecciones unipersonales como prefectos y alcaldes la participación de las mujeres llega al 13 por ciento. El ideal es llegar a la paridad absoluta del 50 por ciento.

Estas cifras demuestran que la inclusión de la mujer como parte esencial de la vida democrática y política del país ya no es una simple retórica. En el periodo presidencial del actual gobierno es donde se ha incluido la verdadera participación de la mujer en la política. En el gabinete del Presidente Rafael Correa actualmente 12 mujeres son Ministras de Estado. Yo lideré la cartera de Ambiente durante 5 años y puede decir con orgullo que me siento parte de este paulatino proceso de inclusión.

Para terminar, no quiero dejar de mencionar el aporte de la Asamblea con leyes que garantizan la protección de las mujeres  como:

·        Código Integral Penal que tipifica y sanciona conductas que atenta contra la mujer como la discriminación, femicidio, violencia intrafamiliar, explotación sexual, trata de personas, falta de afiliación la seguro social entre otras.

·        La Ley Orgánica de Comunicación que prohibe contenidos discriminatorios

·        Ley Orgánica de los Consejos Nacionales para la Igualdad que establece la obligación del monitoreo y evaluación de agendas sectoriales sobre género.

·        Código de la Democracia que establece las cuotas y paridad en la participación electoral.

·        Ley Orgánica de Servicio Público que establece la obligación de presencia paritaria en los cargos públicos de nominación y desginación.

·      Como futuros proyectos de ley tenemos a la ley para la justicia laboral y reconocimiento de trabajo en el hogar, reformas al código civil sobre la edad mínima para contraer matrimonio y ley de tierras sobre el acceso justo y equitativo de las tierras en el sector rural.

Es innegable el cambio profundo que atraviesa felizmente nuestro país queridos jóvenes. Pero no podemos engañarnos, podemos tener las mejores leyes, instituciones, infraestructura etcétera, que sin el cambio cultural de la ciudadanía así como su comportamiento, todos los esfuerzos serán insuficientes.  

Marcela Aguiñaga
Asambleísta por Guayas Otros Movimientos

Asambleísta por la provincia de Guayas | Integrante de la Comisión De los Derechos Colectivos Comunitarios y la Interculturalidad |  Visita mi Perfil

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