Visité el hospital del IESS en Santo Domingo de los Tsáchilas, y lo que encontré es indignante. Al igual que en otros hospitales del IESS que he recorrido, los equipos están dañados, obsoletos, ¡inservibles! ¿Hasta cuándo vamos a soportar que el pueblo tenga que mendigar atención médica? Mientras las autoridades se llenan los bolsillos, los ecuatorianos son forzados a buscar atención fuera del sistema, gastando lo que no tienen. ¡Esto es inaceptable! No dejaré de fiscalizar hasta que esta situación cambie.