Durante mi intervención en la sesión 963 del pleno de la Asamblea Nacional referí que, en Ecuador, miles de familias enfrentan diariamente la lucha por garantizar los derechos de niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Desde la falta de comprensión hasta las barreras en el acceso a la educación, esta realidad exige acciones concretas y urgentes por parte de las autoridades y de la sociedad.
Es importante incluir el TEA como prioridad en la agenda legislativa porque “No estamos hablando de un tema más. Este es un llamado de las familias que viven con esta realidad, para que sus hijos tengan las mismas oportunidades que cualquier niño en nuestro país”
El Trastorno del Espectro Autista no es una discapacidad, sino una condición neurológica y de desarrollo que se manifiesta de forma única en cada persona. Sin embargo, los desafíos que enfrentan las personas con TEA van más allá de su condición: la falta de recursos, personal capacitado e infraestructura adecuada en el sistema educativo obstaculizan su inclusión y desarrollo integral.
Según datos del Sistema Informático en Línea (SIL), hasta abril de 2023, 5.738 personas registradas en Ecuador presentaron condiciones relacionadas con el autismo. Aunque las cifras son parciales, revelan una necesidad urgente de atención.
En septiembre de este año, se conoció la denuncia de los padres de un niño con TEA en Quito, quien fue rechazado en 15 colegios debido a su condición. En otro caso, ocurrido en Ibarra, un docente agredió físicamente a un niño de seis años con autismo, exponiendo la falta de sensibilidad y preparación de los educadores.
Estos no son casos aislados, sino ejemplos de una problemática estructural que vulnera derechos fundamentales y afecta profundamente a las familias.
“Esta ley no solo busca garantizar derechos, sino cambiar la percepción sobre el TEA, visibilizando su potencial y promoviendo una sociedad más inclusiva”, cada niño con TEA tiene talentos y capacidades únicos que pueden contribuir al desarrollo del país. Garantizar sus derechos no solo beneficia a las familias, sino a toda la sociedad, que se enriquece con su participación plena.