Hoy en mi intervención en el Pleno de la Asamblea Nacional, reafirmé mi compromiso con la defensa de la soberanía y la paz del Ecuador. Me dirigí a mis colegas legisladores y legisladoras, así como al pueblo ecuatoriano que nos escucha, para expresar mi profunda preocupación frente a la reforma que propone eliminar las garantías constitucionales que prohíben la instalación de bases militares extranjeras en nuestro país.
No estamos aquí discutiendo una simple modificación técnica. Estamos debatiendo sobre el futuro de nuestra soberanía. La eliminación de los dos últimos párrafos del artículo 5 de la Constitución abre la puerta para que cualquier gobierno —hoy o mañana— autorice la instalación de una base militar extranjera en suelo ecuatoriano. Eso nos coloca en riesgo. Nos expone a ser parte de conflictos internacionales que no nos pertenecen.
Recordé que América Latina ha sido una región de paz, sin guerras entre naciones ni disputas territoriales activas. UNASUR y CELAC declararon a nuestra región como zona de paz, y así debemos mantenernos. La instalación de bases militares implica tomar partido en la geopolítica global, lo que es inaceptable para un país que quiere vivir sin injerencias ni conflictos ajenos.
Advertí que dejar abierta esta posibilidad es irresponsable. ¿Qué impediría que un próximo presidente, con criterios antojadizos o presiones externas, pida una base a potencias como Estados Unidos, Rusia o incluso Corea del Norte? Nuestra inestabilidad política no puede ser el pretexto para ceder nuestra soberanía.
Además, rechacé la narrativa falsa que pretende culpar al gobierno de Rafael Correa por el incremento de la violencia. Durante su mandato, las muertes violentas bajaron de 18 a 5.7 por cada 100 mil habitantes. Hoy, tras tres gobiernos, esa cifra ha llegado a 47. Basta de mentiras y tergiversaciones.
Sí a la cooperación internacional, pero sin perder nuestra independencia. Podemos y debemos recibir apoyo en inteligencia, logística y capacitación de otros países, pero sin convertirnos en territorio de intervención militar extranjera.
Hoy más que nunca debemos mantener al Ecuador como territorio de paz. No entreguemos nuestras decisiones a intereses geopolíticos externos.