Quise compartir con la ciudadanía una reflexión sobre lo que realmente implica mi trabajo como asambleísta.
Hay mucho de lo que hago que no se ve. No todo ocurre frente a una cámara o durante una sesión en el Pleno. Vivo este compromiso todos los días, entre leyes, trabajo en territorio y gestión ciudadana.
Para mí, representar significa escuchar, moverse y actuar. Es estar presente para atender las necesidades de la gente y transformar esas realidades en propuestas y soluciones concretas.
Así es como creo que se construye una Asamblea distinta, cercana a la ciudadanía y coherente con los principios de servicio y compromiso.