Estuve en el hospital, no solo recorriendo pasillos, sino escuchando historias de lucha, compartiendo las preocupaciones de pacientes y observando la esperanza reflejada en muchas miradas.
Creo firmemente que la salud no es un privilegio, sino un derecho, y por eso dediqué varias horas a conocer de cerca las necesidades y realidades que muchas veces no se ven desde los escritorios. Este trabajo también refleja el compromiso del presidente Daniel Noboa por construir un Ecuador donde la salud y la dignidad sean una garantía para todos.
Estar presente en estos espacios me permite entender mejor los retos que enfrentamos y trabajar desde la Asamblea Nacional para que cada ecuatoriano reciba una atención médica digna y oportuna.