En la Asamblea Nacional del Ecuador tuvimos una conversación que duele, pero que era necesaria.
Hablamos de Gaza, de territorios ocupados, de vidas perdidas.
Y también de los 4 niños que fueron asesinados en las Malvinas por militares ecuatorianos.
Junto a estudiantes de la Universidad Central Del Ecuador dijimos lo que casi nunca se dice:
Que hay dolores que no se pueden seguir escondiendo.
Y que la memoria también es hacernos cargo de lo que hicimos mal como país.