En la Comisión de Gobiernos Autónomos tomamos una decisión histórica: archivar el Proyecto de Ley Orgánica Regulatoria a las Expresiones Gráficas Callejeras Urbanas. Esta iniciativa pretendía criminalizar un acto que, lejos de ser un delito, es una manifestación cultural y artística que refleja la voz de nuestros barrios y comunidades.
Pintar un muro no puede considerarse una falta, porque el arte urbano es, en esencia, una forma de construir identidad y ciudadanía. Nuestras calles y espacios públicos se llenan de mensajes que cuentan historias, que transmiten sueños y que, en muchos casos, son una herramienta de resistencia social y cultural.
Desde la Comisión creemos firmemente que el arte transforma realidades. Promover expresiones artísticas libres y responsables nos permite generar ciudades más humanas, más inclusivas y más cercanas a la gente. La cultura debe convivir con el espacio público, no ser expulsada de él.
Nuestro compromiso es impulsar leyes que protejan las libertades, fortalezcan la cultura y reconozcan el poder transformador del arte. El archivo de este proyecto envía un mensaje claro: en el Ecuador, la creatividad y la expresión cultural no se castigan, se celebran.