Hoy acompañé la Marcha por la Paz en la ciudad de Guayaquil, una manifestación ciudadana que refleja el deseo profundo de todos los ecuatorianos por vivir en un país libre de violencia, con justicia y esperanza.
Desde Sucumbíos me uní a este clamor nacional porque creo firmemente que la paz no es solo la ausencia de conflicto, sino la presencia de oportunidades, respeto y unidad.
El Ecuador necesita más diálogo, más empatía y más compromiso. La paz se construye cada día, desde nuestras acciones, nuestras decisiones y nuestra forma de servir al país.
Seguiré levantando mi voz por un Ecuador donde todos podamos vivir sin miedo y con dignidad.