Durante este miércoles, 9 de julio, en la Comisión de Soberanía Alimentaria abrimos el debate sobre el Proyecto de Ley de Fomento a la Producción, Comercialización, Control de la Cadena Productiva e Incentivos para el Consumo del Plátano.
Para mí, escuchar a los productores y comercializadores es la única manera de construir una ley que realmente funcione. Y el mensaje que recibimos fue contundente: esta ley es necesaria.
Los delegados de la Federación Nacional de Productores, Rafael Torres y Wilson Villamarín, nos transmitieron una frustración histórica. A pesar de ser un rubro con un peso social y económico enorme, el plátano se confunde normativamente con el banano. Yo entiendo por qué piden una ley propia:
Impacto Social: Este sector genera más de 30.000 fuentes de trabajo en el país.
Consumo Nacional: Es el segundo producto más consumido, solo después del maíz, con un promedio de 40 kilogramos por persona al año. ¡Es, literalmente, el pan del pueblo!
Valor Económico: Se ha determinado que cerca de 300 millones de dólares en exportaciones corresponden al plátano, pero esta cifra se diluye al ser agrupada con las estadísticas del banano. Necesitamos darle autonomía y visibilidad a nuestra producción.
Fortaleciendo la Cadena y la Seguridad Alimentaria
Recibimos también la valiosa perspectiva de Prodexpo (Sucumbíos), con Nikoll Jaramillo y Franklin Samaniego. Ellos nos recordaron que esta ley es clave para garantizar la seguridad alimentaria y, sobre todo, para proteger a las más de 25.000 familias que viven de este cultivo.
Todos coincidimos en que la cadena productiva debe ser fortalecida para evitar que los intermediarios se lleven la mayor parte del margen de ganancia, dejando al productor con muy poco. Esta ley, nacida desde las bases productivas, busca corregir esa injusticia.
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