Uno de los defectos que más daño han causado a la humanidad sobre los prejuicios. Y entre ellos quizás los más lesivos: el racismo, la xenofobia, y los prejuicios religiosos y nacionalistas.
Se ha comprobado que una sociedad mientras más culta es menos prejuiciada: en cambio, un pueblo menos culto es más lleno de prejuicios.
El prejuicio es sinónimo de ignorancia. En Ecuador, desafortunadamente aún quedan rezagos de estos prejuicios, especialmente de racismo y de xenofobia. A pesar de que la Constitución proclama la igualdad de derechos privilegios, oportunidades y condena la discriminación. A diario vemos como se maltrata y discrimina a la mujer, al indio, al negro, al discapacitado, a ciertos extranjeros, minorías sexuales.
Una muestra patética de lo que acabamos de enunciar es la ofensa proferida por conocidos elementos que invocando una mal concebida libertad de expresión hicieron befa y cháchara de Agustín Delgado, gloria del deporte ecuatoriano y ahora asambleísta, representante de la provincia de Imbabura, por voluntad soberana y democrática de sus comprovincianos. Este hecho generó, como era de esperarse indignación y rechazo por parte de la ciudadanía . Los detractores quedaron mal parados, desautorizados por la mayoría de los ecuatorianos que expresaron libremente su repulsa ante la ofensa y te expresaron su solidaridad.
Grandes personajes de la humanidad han sido víctimas de estos prejuicios: Traigamos a la memoria algunos de ellos: a Jesucristo, los romanos, los propios judíos se burlaban de El porque era palestino, nacido en Belén (Nazareth). Cuando inició su vida pública. Los fariseos dijeron...quien es este nazareno, acaso de Nazareth que era un pueblito alejado de Jerusalén ¿podría salir algo bueno? Ahora diríamos que este hombre era un humilde parroquiano.
Cuanta gente se burla de aquellos que nacieron en el campo o en pueblito alejado de las grandes urbes. Eres un chagra, un montubio, o un forastero.
Recordemos que los que no habían nacido en la vieja Roma eran considerados como “bárbaros”, carentes de derechos, no eran considerados ciudadanos.
En la Alemania de Hitler, el nazismo sembró el más grande odio racial contra los que no eran arios, especialmente contra los judíos. Era una etnia a la que había que eliminar. Ahora a la inversa por asombrosa paradoja, el mismo genocidio lo están poniendo en práctica los israleitas contra los palestinos.
Grandes líderes como el Mahatma Gandhi, el apóstol de la no violencia y la paz, cuando fue desde la India a estudiar en Inglaterra para optar por el título de abogado, fue víctima de burlas y vejámenes por parte de sus maestros y compañeros. El jamás reaccionó con violencia, practicó la tolerancia, y la cordura. Al fín triunfó, con grandes sacrificios, ayunos y maltratos consiguió la libertad de la India que durante largos años fue colonia inglesa.
Nelson Mandela en Sudáfrica, fue otra víctima del prejuicio racial; luchó incansablemente contra el apratheid que discriminaba en Sudáfrica a los negros. Qué crueldad la de los invasores ingleses, pero él no se inmutó, siguió en su lucha, soportó más de 30 años de cárcel, hasta lograr la libertad de su pueblo. Y llegó a ser presidente de su país y Premio Nobel de la paz.
En Estados Unidos en donde se practica el más horrendo discrímen contra los negros, surgió la figura liberadora de Martin Luther King, cuyo asesinato constituyó el colofón de esa política discriminatoria contra seres humanos por el delito de tener negra la piel. Pero nos dejó un legado digno de seguir, sueños que conquistar, en uno de sus célebres discursos pronunció: “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar por la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”. Mira tú, querido compañero Agustín cuan actuales son estas palabras, también es pertinente citar un pequeño párrafo del poeta negro de Esmeraldas, pueblo gracias al que te escribo desde este curúl:
“En los tiempos que vendrán,
Cuando caigan las barreras
Del odio de los adultos,
Las barreras de colores
De los niños que hundirán
Será cuando sea hombre,
Será cuando tenga hijos,
Será cuando el mundo nuevo
Nazca de todos los puños.
Niños blancos niños negros,
Niños negros, niños blancos
Mano a mano se unirán ,
Corazón con corazón,
Unirán casa con casa
Para unión de la raza.
Otros serán ya los niños
¡ Pero yo estaré presente !”
No hay duda Tín que detrás de la pluma de la mayoría de tus críticos se esconden los vicios de una sociedad excluyente a quien desde la tierra del Libertador, el gran poeta cumanense Andrés Eloy Blanco le diría:
“Si sabes pintar tu tierra,
Oye, tu tierra,
Si has de pintar tu cielo
Como el sol que tuesta blancos,
Como el sol que suda negros
Aunque la Virgen sea blanca,
Píntame angelitos negros.”
Vayan estas palabras en homenaje al amigo y compañero Agustín Delgado, que no solo es gloria del deporte nacional, sino un ciudadano correcto que está ejerciendo con dignidad y decoro la representación de su provincia. Tu presencia en la Asamblea, también simboliza la interculturalidad y plurinacionalidad ecuatoriana, tal como lo prescribe el art. 1 de la Constitución.
Adelante hermano que los ataques más fuertes que recibes no te arredren, que te hagan más fuerte una vez más invoco al inmortal Luther King “Un hombre no mide su altura en los momentos de confort, sino en los de cambio y controversia”.
Dr. Gabriel Rivera López.
Asambleísta