La Comisión de Biodiversidad, integrada por la asambleísta Marisol Peñafiel, conoció el segundo informe correspondiente al período de mayo a octubre del 2014, de cumplimiento de la Declaratoria de Interés Nacional para la explotación petrolera en los bloques 31 y 43, ubicados en el Parque Nacional Yasuní.
En el primer informe se conocieron aspectos sobre los primeros seis meses de la actividad petrolera, el desarrollo de la consulta libre e informada a las comunidades involucradas o del área de influencia de estos proyectos; la implementación del plan de impacto ambiental, los estándares tecnológicos a ser empleados para la explotación del crudo, el sistema de monitoreo del área intangible Tagaeri y Taromenane, a fin de precautelar los derechos a la vida y autodeterminación de los pueblos en aislamiento.
Luego de la lectura de los documentos remitidos, los comisionados realizaran una hoja ruta para llevar adelante este proceso de verificación de lo que tiene ver con la protección de derechos de los pueblos en aislamiento voluntario, la aplicación de todas las prácticas tecnológicas, construcción de senderos ecológicos, si bien al momento no hay explotación petrolera hay que vigilar los procesos de prospección, normas y protocolos de precaución que se estipularon en la Declaratoria de Interés Nacional.
Tenemos que ponderar los derechos de la naturaleza conservando lo que corresponde a las trochas, el plan de medidas cautelares a los pueblos en aislamiento, así como ser cuidadosos en garantizar que se respete el 1X1000 de la explotación en esta área, pero a la vez comprobar que no se contamine el área, a fin de evitar lo que sucedió con Chevron-Texaco y evitar la contaminación por ruido que generan las turbinas de los motores, es decir, no solo calcular el metro cuadrado de explotación sino el impacto total que tendrá la explotación petrolera en el área.