En el marco del debate y socialización del proyecto de Ley de Movilidad Humana, la Comisión de Soberanía y Relaciones Internacionales, conducida por la asambleísta María Augusta Calle, recibió al Padre Hernán Astudillo, quien reside en Canadá y trabaja en la organización de movimientos sociales y por la reivindicación de los derechos de la población migrante del Ecuador y de otras naciones.
El sacerdote manifestó que la normativa de movilidad debe tener un enfoque con rostro humano, darle valor especial a la reunificación familiar, promover la integración y la inclusión, garantizar oportunidades para quienes regresan a su tierra, eliminar cualquier tipo de discriminación por raza, sexo, condición social, etc.
Comentó la impactante imagen del niño que apareció muerto besando el mar y bajo la mirada de la naturaleza, en cuyo rostro se refleja la situación igual o similar de millones de niños.
Relató también el caso de Martha (40 años de edad), quien, junto a su hija Lucrecia (6 años de edad), tuvo que caminar por muchos días por la zona de frontera. En cierto momento el coyotero le manifestó que ella debía avanzar pero sin la menor, entonces, la niña se puso a llorar desconsoladamente por la separación, ante lo que Martha le dijo: vamos a ponerle a la luna como nuestro punto de encuentro y el instante que la veas háblale, ríete, mándale un beso; pasaron varios días y se produjo el tan esperado encuentro de las dos mujeres; previamente le habían traído a la madre una niña que no era la suya. Hoy, las dos viven en Canadá y en la niña sigue palpitando la luna.
La asambleísta María Augusta Calle, visiblemente conmovida por el mensaje del Padre Astudillo, expresó que el tema de la migración e inmigración es una paradoja, toca el corazón, habla de situaciones duras por las que pasan y han pasado ciudadanos, en su ilusión de buscar un territorio que les ofrezca mejores días.
Nosotros en el país somos receptores de una de las tragedias más terribles: el refugio. Las puertas se han abierto permanentemente para recibirlos gracias a una Constitución luminosa y humana, pero falta concienciar a la población nacional y mundial sobre drama de los refugiados y en general de los migrantes, enfatizó.
Mientras, las asambleístas Mayte Marín, Linda Machuca, Soledad Buendía y Dora Aguirre coincidieron que el Padre Astudillo se caracteriza por ser un activista social y que sus testimonios serán valiosos en el Pleno de la Asamblea Nacional. Ratificaron la decisión de construir colectivamente la Ley de Movilidad para desarrollar la norma constitucional atinente al tráfico y trata de personas, refugio, retornados, la ciudadanía universal, entre otros aspectos.
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