El asambleísta Fausto Cayambe, participa en el IV Foro Parlamentario Asia Pacífico. Allí expuso que Ecuador es un país que ha dado pasos muy importantes en estos últimos 9 años. Uno de los grandes cambios es la actual Constitución donde se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir.
Precisó que en la Carta Maga del 2008 se declara de interés público la preservación del ambiente, la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y la integridad del patrimonio genético del país, la prevención del daño ambiental y la recuperación de los espacios naturales degradados. En resumen, le otorgamos derechos a la naturaleza, enfatizó.
Para nuestros ciudadanos son deberes y responsabilidades respetar los derechos de la naturaleza, preservar un ambiente sano y utilizar los recursos naturales de modo racional, sustentable y sostenible para garantizar a las personas y colectividades el acceso equitativo, permanente y de calidad al agua, aire y suelo, y a los beneficios de los recursos del subsuelo y del patrimonio natural, agregó.
Fausto Cayambe, precisó que el Foro Parlamentario Asia-Pacífico en su edición No 24, se convierte en el espacio indicado para desarrollar una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, como ya lo hizo Ecuador en su nueva Constitución.
Este acuerdo ambiental debe reflejar un nuevo pacto global amparado bajo el precepto de la justicia climática, en una verdadera justicia ambiental que piense a futuro en el mejor ambiente donde se desarrollen a plenitud las nuevas generaciones, precisó.
No debemos olvidar que existe una deuda ecológica que tiene que pagarse, manifestó Fausto Cayambe al recordar que el presidente Rafael Correa, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP21 en noviembre del 2015, presentó una propuesta histórica: conformar la Corte Internacional de Justicia Ambiental, la cual debería sancionar los atentados contra los derechos de la naturaleza y establecer las obligaciones en cuanto a deuda ecológica y consumo de bienes ambientales.
No tenemos tribunales para proteger a la naturaleza y para obligar a pagar las deudas ambientales, pero sí tribunales para proteger las inversiones económicas y obligar a pagar las deudas financieras, señaló.
Cuando un bien se vuelve escaso o se destruye a medida que se consume, como la naturaleza o como los bienes ambientales, es cuando debe restringirse su consumo para evitar una tragedia mundial irremediable y esto afecta directamente a la calidad de vida y al medio ambiente, riteró.
Un acto contra la naturaleza debería ser juzgado tan severamente como un acto contra una persona o contra la sociedad, manifestó Fausto Cayambe al sostener que es necesario una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza y la creación de Corte Internacional de Justicia Ambiental.
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