“Soñadoras, complicadas, lindas e inteligentes, así somos las mujeres”: ese era el texto escrito en uno de los cientos de retazos de tela que armaron un solo colage gigante que se colgó en una de las entradas del Palacio Legislativo; era el cierre de la campaña Tejiendo mis Derechos.
Los preparativos empezaron desde la semana pasada en Libertador Bolívar, pequeña población ubicada en la provincia de Santa Elena. El objetivo de 60 mujeres, era llegar a Quito, hasta la Asamblea Nacional, para ser parte del cierre de esta campaña, que busca convertirse en la continuación de una serie de acciones que generen políticas públicas para defender los derechos de la mujer. “Vemos grandes avances en nuestro beneficio, pero todavía desde la Asamblea se pueden impulsar leyes y normativas que nos permitan tener mejores condiciones de vida y eliminar de forma definitiva la discriminación y el abuso”, dice Emérita Barzola, de 72 años de edad, de Santa Elena.
La expectativa era grande, pues como Emérita, en el grupo de mujeres que viajó desde Santa Elena, muchas no conocían la ciudad de Quito. “Es la primera vez que vengo a la Sierra, y a Quito solo le veía en las noticias. Jamás imaginé que iba a estar en la Asamblea Nacional y mucho menos pensé que iba a tener contacto directo con los asambleístas para conversar y dar ideas de lo que pueden hacer en beneficio de las mujeres”, relata América Bastidas, de 61 años de edad, una de las organizadoras del viaje.
“Nos vamos contentas, porque sabemos que tenemos respaldo de los asambleístas, sabemos que ahora nuestros derechos se respetan y que trabajan y legislan para darnos mayores oportunidades y conseguir equidad en todos los aspectos”, aseguró Emérita, después de escuchar la intervención de la presidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira.
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