Con la interrogante qué legislación, reforma o práctica ha generado el mayor impacto en cuanto a ofrecer más oportunidades para que las mujeres y los grupos minoritarios se manifiesten y hagan escuchar su voz en la toma de decisiones en el ámbito parlamentario, inició la primera sesión de trabajo de ParAmericas, referente a los avances legislativos para fomentar la representatividad en los parlamentos: perspectivas feministas.
Los panelistas compartieron experiencias que han contribuido a corregir prácticas de exclusión y logrado una distribución del poder en su parlamento a favor de las mujeres y los grupos marginados. Coincidieron que los parlamentos deben promover la representación política de las mujeres, las minorías y de otros grupos que históricamente han sido marginados.
La senadora de México y representante del Parlamento Latinoamericano, Lisbeth Hernández Lecona, al recalcar que la diferencia entre los sexos condiciona la desigualdad en los ámbitos laboral, educativo, económico y político, destacó que América Latina y el Caribe ha alcanzado más progreso en términos de reconocimiento formal de los derechos de las mujeres. “El Mapa 2014 de las Mujeres en Política”, refleja que América se sitúa a la cabeza del ranking mundial en mujeres parlamentarias con el 25.7%, en mujeres ministras con un 22.9% y la mayor cantidad de mujeres como jefas de Estado de Gobierno.
En México la democracia paritaria implica la observancia del incremento de mujeres en cargos de elección popular y la erradicación de la exclusión social. “Nos corresponde hacer efectivas las aspiraciones contenidas en los tratados internacionales y en las leyes, rompiendo el paradigma legado por el modelo patriarcal a través de una educación incluyente”, aseguró.
Afirmó que la comunidad internacional ha realizado diversos esfuerzos para crear un marco normativo que garantice el ejercicio de los derechos fundamentales de las mujeres, incluyendo los derechos políticos, a la vez que sugirió que los Estados que han ratificado los diversos instrumentos internacionales en materia de paridad de género y respeto de los derechos de las mujeres adecuen su normatividad interna y diseñen políticas públicas para garantizar el ejercicio de sus derechos.
Gloria Valerín habló de cómo ha sido el proceso en Costa Rica para alcanzar la paridad y que empezó hace 26 años, en donde han aprendido lecciones importantes y a no dejar puertas abiertas.
Recordó que en 1996 la Asamblea Legislativa de su país aprobó el 40% de cuota de participación de mujeres en la lista de los partidos, pero que no tuvo resultados favorables; en 1999, cuando fue Ministra de la Condición de la Mujer, presentó una acción para que el Tribunal interpretara que ese 40% era para los puestos elegibles y tampoco reflejó una mejoría importante.
Wendell Asadang, de Surinan, informó que su país mantiene una campaña para que las mujeres puedan participar en la toma decisiones. Dijo que en Surinam no hay una legislación de cuotas, pero que están conscientes de la necesidad de incentivar y aumentar la participación y representación femenina.
Luizianne Lins, diputada Federal de Brasil, detalló cómo afecta la violencia en la mujer para participar en la política. Indicó que de acuerdo con el Mapa de violencia 2015, entre 1980 y 2013 fueron asesinadas aproximadamente 106.093 mujeres en Brasil, siendo este país el quinto más violento del mundo en ranking de 83 países, en homicidio de mujeres.
La violencia física es la más alta registrada con 48%; en segundo lugar, está la violencia psicológica, con el 23%; en tercer lugar, la violencia sexual, el 11,9 %, con alta incidencia entre los menores de 11 años de edad 29,0 % y adolescentes 24,3 %.
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