En la Asamblea se celebra la cosecha de alimentos durante el Inti Raymi

Martes, 21 de junio del 2016 - 16:12 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa

Desde muy temprano se vivió la fiesta del sol o Inti Raymi en la Asamblea Nacional. Esta tradición andina se mantiene viva y se celebra cada 21 de junio. La Legislatura abrió sus puertas para que padres de familia, estudiantes y maestros de unidades educativas bilingües de Quito vivan la fiesta en la casa en donde se concentra la mayor representación política del pueblo y en donde también se encuentra su representación intercultural.

“Antes estos puntos (Legislatura) no podían ser ocupados por los indígenas, era difícil entrar. Hace algunas décadas ni siquiera podíamos cruzarnos por el centro de Quito. Hoy la Asamblea nos abre las puertas, estamos aquí y su principal autoridad (presidenta Gabriela Rivadeneira) vino a unirse a esta celebración, saludó con el pueblo”, aseveró Juan Yuquilema, docente de la Unidad Educativa Bilingüe Mushuk Yachay o Nuevo Saber

Antes de que la comunidad educativa se tome simbólicamente la Asamblea, maestros y padres de familia ubicaban carpas en los exteriores del Parlamento para exponer y brindar los alimentos de todas las regiones del país, así como los productos que se cultivan en varios centros educativos, bajo la tradición andina. Cuy con papas, fritada, tostado, choclos, dulce de zambo, chicha, pescado, habas, mandarinas, naranjas, plátanos eran los alimentos que compartieron; verduras y granos eran los productos que se exhibían.

La unidad es una de las características de esta celebración. Eso lo dijo Manuela Obando, una madre de familia. Todos colaboraban en la preparación de las actividades. Otro grupo, por ejemplo, ubicaba en el centro la chacana, que es una manta, en la cual se forma una cruz con varios alimentos, la misma que representa los dos equinoccios y los dos solsticios del año: el uno que es el tiempo de la preparación y siembra, el otro de crecimiento, el tercero de florecimiento y el último de cosecha, así como un círculo en el centro que simboliza el sol. El agradecimiento por la cosecha también se representaba en varias canastas llenas de comida y frutos.

Mientras eso sucedía los primeros estudiantes comenzaban a llegar a la Asamblea. Eran jóvenes y niños vestidos con sus trajes típicos, que también cargaban alimentos, instrumentos musicales, muestras de los productos cosechados y algunos cubiertos sus rostros con el Aya Uma, una máscara colorida y larga que representa al ser espiritual de los pueblos ancestrales andinos, caracterizado por la integridad, que puede ver todo el contexto, así como la dualidad del mundo, como el pasado y el futuro, la alegría y la tristeza, el día y la noche, arriba y abajo, el ayer y el hoy. También tiene 12 que cabellos, que representan la misma cantidad de serpientes, símbolos de la sabiduría.

Los jóvenes, niños, maestros y ciudadanía llegaban con música y baile, que se lo ritualizaba en círculos. Estos significan la unidad y la complementariedad y también representa la circulación de la tierra, explicó Luis Santilla, profesor de la Unidad Educativa Bilingüe Amauta Rickchari. “Para nosotros el tiempo no es lineal, sino circular, que además es de derecha a izquierda. Para nosotros este año inicia en marzo”, comentó María Amagua, otra madre de familia. Ella indicó que por eso el pueblo indígena festeja cuatro Intis: el Pawka, el 21 de marzo; el Raymi, el 21 de junio; el Kolla, el 21 de septiembre; y, el Kapak, el 21 de diciembre.

Juan Yuquilema contó que esta fiesta, en esta época del año, es porque el pueblo indígena cosecha y agradece a la tierra y sol principalmente por los granos secos que servirán de alimento para todo el año. Explicó que antiguamente el pueblo ancestral se reunía en el Panecillo de Quito para festejar el Inti Raymi (fiesta del sol). Contó que el 21 de junio el sol cae de manera perpendicular y en la celebración un amauta (sabio) tomaba un plato de barro y con la fuerza de los rayos hacía el fuego, la candela y con eso se cocinaban los alimentos para todos.

Explicó que el amauta entregaba un pedazo de carbón encendido a las mujeres para que lleven a los diferentes lugares, como Machahi o Cayambe y su deber era mantenerlo encendido durante todo el año. Antes no había fósforos, añadió. El fuego debía conservarlo como si fuera un ser vivo. Para nuestra cultura todo en la tierra tiene vida, es un ser vivo, dijo. Manifestó que el fuego se lo podía producir solo en lugares sagrados como la Mitad del Mundo, el Panecillo y Quito Loma (en Cayambe).

LM/pv

Av. 6 de Diciembre y Piedrahita · Teléfono: (593)2399 - 1000 | Quito · Ecuador