En el contexto del trámite y debate del proyecto de reformas al Código Penal, la Comisión de Justicia recibió los criterios de Nathalia Quiroz y Graciela Ramírez, docentes de la Pontificia Universidad Católica, quienes comentaron que la violencia de género es un problema social de gran magnitud que debe ser tratado de manera integral.
La violencia física contra la mujer y el núcleo familiar, que conlleva a una violencia psicológica y patrimonial, en cualquier etapa de la vida, de hombres y mujeres, trae como consecuencia un incremento en el riesgo de desarrollo de problemas de salud, alertó Nathalia Quiroz.
Citó el caso de Mariana, madre de cinco hijos, que llegó hasta el primer grado de educación básica y actualmente se desempeña como empleada doméstica; ella desde muy pequeña fue violentada por sus padres, recibía castigos físicos severos y era obligada a trabajar a pesar de su corta edad, huyó de casa a los 15 años y las relaciones amorosas en que se involucró eran extremadamente violentas, pues sus parejas la golpeaban, la encerraban, insultaban y presionaban a tener relaciones sexuales, impidiéndole trabajar por celos y su última pareja intento matarla. Logró sobrevivir a los golpes, a las heridas físicas, sin embargo, el daño psicológico aún persiste y es una herida abierta que no logra sanar, advirtió.
También mencionó el ejemplo de Cecilia, una profesional de 45 años de edad, madre de dos hijos, está en trámite de divorcio desde hace más de un año y al momento se encuentra sin trabajo; su expareja es quien se encarga de asumir la mayoría de los gastos; a lo largo de su matrimonio recibió constantemente críticas a su feminidad debido a su dedicación a la vida profesional, con un marido extremadamente celoso decidió aislarse de los amigos y familiares; presenta síntomas de depresión, autoestima baja y perdió el trabajo por su mal desempeño y es víctima de chantaje.
Estos asuntos deben invitarnos a reflexionar en que la violencia de género es un problema social de gran magnitud, que afecta sistémicamente a hombres y mujeres en diversos ámbitos, sin distinción de raza, edad, sexo o clase social, expresó, al enfatizar que la violencia psicológica no es tan evidente como la física y puede parecer algo normal, refleja relaciones de poder. Es fundamental la participación ciudadana para crear una cultura de respeto y paz, subrayó.
Mientras, Graciela Ramírez precisó que los actos de violencia son sucesos negativos, vividos en forma brusca, que generan terror e indefensión, ponen en peligro la integridad física y psicológica de una persona, dejan a la víctima en tal situación emocional que es incapaz de afrontar con sus recursos psicológicos habituales. Existen pequeños terremotos en la vida cotidiana que marcan a una persona, la violencia psicológica no es tan visible como la física, pero hoy, afortunadamente, en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) esa conducta, ejercida por un miembro de una familia está debidamente tipificada, enfatizó.
Amnistía
En otro tópico, la Comisión de Justicia escuchó los fundamentos de la asambleísta Lourdes Tibán y Jorge Herrera, presidente de la CONAIE, respecto al pedido de amnistía para aquellos dirigentes de organizaciones sociales que fueron encausados por la justicia.
Lourdes Tibán recordó que la solicitud de amnistía hace referencia a las marchas y movilizaciones pacíficas del año pasado que iniciaron en la provincia de Zamora Chinchipe y concluyeron en Quito, generando conciencia sobre el tema de derechos.
Por su parte, Jorge Herrera, dijo que este pedido se refiere, también, a la voluntad del pueblo ecuatoriano, las organizaciones sociales y del movimiento indígena que, en su tiempo, acordaron un levantamiento y paro nacional, amparados en el Art. 98 de la Constitución.
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