Los modelos revolucionarios sirven para la foto, los modelos efectivos sirven a la gente.
Dentro de este espacio hay muchos que piensan en las elecciones dentro de dos años, cuando lo primero que hay que pensar es en lo que podemos hacer los próximos cuatro.
Debemos de en este tiempo pensar en cómo sacar al Ecuador de la crisis, debemos también asegurarnos que a los jóvenes se les devuelva la capacidad de soñar al poder elegir la carrera que deseen.
Debemos regresar también la autonomía a las universidades que se volvieron centro de réplica de un pensamiento y no en lo que debe ser: universalización de criterios.
Guayaquil no solo es progreso en libertad, sino jóvenes con oportunidades donde la educación es el arma más fuerte para luchar contra la desigualdad. Como políticos debemos ser objetivos, no buscar objetivos para nuestros ataques. Cuando en Guayaquil se invierte en libros para alumnos de escuelas y colegios particulares populares, interculturales y
fiscomisionales; no está invirtiendo en campañas, está invirtiendo en conocimiento, en cultura, en saber para niños y adolescentes que mantendrán a esta ciudad caminando por la vía
del desarrollo.
Invertir en tecnología para los bachilleres es integrarlos a un mundo globalizado de conocimientos como el que está en la web. Estos bachilleres cuyos padres no tienen recursos o son escasos no reciben una forma de entretenimiento, reciben un arma para el
conocimiento.
Los jóvenes en Guayaquil se esmeran por ser “jóvenes ejemplares” porque en Guayaquil se premia el esfuerzo. Este año se entregaron 250 casas a los mejores estudiantes de 6to año, 2500 computadoras a los mejores estudiantes de 1ro y 3ro de bachillerato, 10.000
pases para la Metrovía por un año para padres o abuelos de tercera edad de los mejores estudiantes del último año de colegio. Además, 152 becas para estudiar francés. Las facilidades
para las familias dan tranquilidad a los jóvenes. Las oportunidades de aprender idiomas, abre las puertas. El egoísmo da portazos en la cara.
Cuando hablamos del modelo exitoso no lo hacemos para exhibir una bandera que ha sido izada ya por muchos ciudadanos de Guayaquil, lo hacemos porque creemos necesario que se replique en el Ecuador, que se multipliquen las oportunidades, que se multiplique el conocimiento; pero que sobre todo se disminuya la tozudes con la que por aplicar un modelo que debe quedar en los libros, se afecta a los ciudadanos hasta el punto de dejarlos en
las calles.
Los modelos exitosos no necesitan que sean resaltados por sus gestores, son los ciudadanos quienes los exaltan ya que hacen que esas personas puedan tener una mejor presente y futuro. El fuego no pudo acabar con Guayaquil, las teorías caducas no podrán terminar con el Ecuador.
Dallyana Passailaigue Manosalvas, máster en Gestión Educativa, ingeniera en Ciencias especializada en Marketing.
Asambleísta por Guayas en 2017, 2021 y 2023.
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