Normar por primera vez el acceso a condiciones dignas y equitativas de salud en la etapa menstrual, desde servicios básicos e insumos, así como educación sobre salud sexual, desvirtuando tabúes, es lo que busca el proyecto de Ley de Salud e Higiene Menstrual.
Así lo dio a conocer, ante la Comisión del Derecho a la Salud, la asambleísta Johanna Moreira, proponente de la normativa, quien subrayó que el acceso a elementos de gestión menstrual, será de forma progresiva, dando prioridad a las personas menstruantes en condiciones de vulnerabilidad y pobreza extrema, de conformidad con la normativa emitida por la autoridad sanitaria nacional.
Informó que considerando las edades promedio para la primera menstruación, que va desde los 12 años y la menopausia (última menstruación) alrededor de los 50 años, existirían al menos 5’211.473 mujeres, para quienes el presente proyecto es de absoluta incidencia y repercusión en su vida cotidiana, y para el efectivo ejercicio de sus derechos constitucionales.
Además, Johanna Moreira afirmó que es preocupante que 32 de cada 100 ecuatorianos se encontraba en situación de pobreza a diciembre del 2020, lo que significa que el 32 % de la población vive con dos dólares diarios de ingresos, es decir, el acceso a elementos de gestión menstrual constituye un privilegio. “Deseamos evidenciar que la salud y la higiene menstrual es un problema de salud pública que impacta determinantemente en la vida de las mujeres y debemos propiciar su atención integra”, recalcó la legisladora.
De su lado, el presidente de la Comisión, Marcos Molina, resaltó los alcances de este proyecto desde el ámbito humano y de la dignidad. Enfatizó en los cambios positivos, no solo para las personas menstruantes de la ciudad, sino para quienes viven en la ruralidad del Ecuador. “La propuesta reconoce el derecho a una gestión menstrual en condiciones dignas y equitativas”, recalcó el legislador y afirmó que el proyecto será nutrido durante el proceso de socialización.
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