La Comisión de Soberanía Alimentaria convocará para la próxima semana al ministro de Agricultura, Eduardo Izaguirre, para que informe las medidas adoptadas para mitigar los efectos del invierno en los cultivos, así como en actividades pecuarias, como consecuencia de las inundaciones en varias zonas del país.
Así mismo, explicará los avances en la entrega de la urea para el sector productivo, que presenta algunos desfases y retrasos, pues mientras algunos agricultores ya han recibido este insumo, otros continúan a la espera del mismo, sin que hasta el momento haya una respuesta técnica del ministerio rector de la política agropecuaria.
Igualmente, la mesa recibirá al ministro de Trabajo, Patricio Donoso, quien deberá informar sobre el Manual de Clasificación de Puestos en la Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria (Copisa).
Fomento y desarrollo agroindustrial
En otro orden, la Comisión recibió a Miguel Riofrío, conferencista por las universidades, escuelas politécnicas y centros de investigación; César Gallegos, coordinador Jurídico de Copisa; Carlos Falconi, gerente de laboratorios Bionika; y Fernando Oleas, propietario de Oleas Alimentos Ecológicos, quienes formularon sus observaciones al proyecto de Ley para el Fomento y Desarrollo Agroindustrial.
Los representantes de la Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria expusieron cómo se efectuó el trabajo previo a la elaboración de este proyecto de ley, con la participación de 1.246 personas vinculadas a este sector productivo, a través de 28 talleres para recoger las principales preocupaciones y necesidades de la agroindustria. Miguel Riofrío subrayó que se requiere contar con un capítulo sobre el empleo agrícola.
El Coordinador Jurídico de la Copisa aseguró que la ley debe tener un enfoque en derechos, para luego llegar a temas relacionados con sistemas de producción, comercialización y demás. También, dijo, se debe incluir la prohibición del uso de organismos genéticamente modificados, entre otras disposiciones.
Mientras, Carlos Falconi consideró fundamental recoger la medicina ancestral dentro de esta normativa, así como las formas de asociatividad, procedimientos ancestrales para la producción, entre otros aspectos.
A criterio de Fernando Oleas, la ley debe ser estudiada en dos etapas, porque Ecuador es diverso y porque la agricultura es diversa, pues no se puede decir que entre la sierra y la costa, por ejemplo, las prácticas productivas sean las mismas. Igualmente, se debe garantizar la calidad para que el producto no genere daños a la salud de las personas y, a la vez, que esos productos contribuyan a la adecuada nutrición de los consumidores.
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